Santo DomingoSeguro que muchos de los espectadores que más disfrutaron el segmento del homenaje a Wilfrido Vargas, en sus 40 años de carrera, fue el público que en la década de los 80 y 90 eran jóvenes y niños.

Desempolvar esos viejos merengues y escucharlos en vivo en las voces originales, que por cierto están muy bien conservadas, y ver a un Wilfrido Vargas jugar con su trompeta y correr en el escenario de un lado a otro era volver revivir los mejores años del ritmo dominicano.

Ver en un mismo escenario a Eddy Herrera, Sandy Reyes, Gene Chamber, Rubby Pérez, Víctor Waill y Sony Ovalle, entre otros, pilares que formaron parte de la orquesta de Wilfrido será recordado como un espectáculo memorable por siempre, sobre todo porque interpretaron un medley de temas como “El jardinero”, “El loco y la luna”, “Mi medicina”, “La colita”, “El africano”, “Volveré”, “Comején”, “Abusadora” y “Hombre divertido”.

Wilfrido estuvo feliz y sus pupilos también, quienes desde el primer momento estuvieron dispuestos a compartir y homenajear al maestro, que imprimió un sello distinto al merengue.

El número musical estuvo reforzado por un elenco de bailarines que al final resultó muy emotivo cuando especialmente se mezcló con el público.

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“SON MIS HIJOS, ESTOY FELIZ DE COMPARTIR”

En rueda de prensa Wilfrido Vargas había declarado que este sería uno de sus mejores momentos, ya que podría compartir con sus pupilos a los que llama sus “hijos”.

“No puedo decir que cual de ellos fue el mejor, porque a todos los amo, los quiero, son como mis hijos, quienes me acompañaron y compartimos juntos grandes momentos”.