Ramón Mercedes

La transparencia y austeridad gubernamental implementada por el presidente Danilo Medina, desde que llegó al poder, están campeando por sus fueros en toda la República Dominicana.
Así lo viene a confirmar un organismo internacional tan importante en el mundo como lo es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuando su representante en la nación quisqueyana, Manuel Labrado dijo recientemente “esto ha sido muy positivo y da buenas señales, en cuanto austeridad, reducción de gasto y ha habido una mejoría en un tiempo muy corto y en especial en la transparencia”.
Es que el pueblo evidencia sus ejecuciones con un estilo muy propio de hacer las cosas, con su “propio librito”; estableciendo un antes y un después, como son las construcciones que ahora se sortean entre los ingenieros; se han estado revisando los contratos de construcción de obras multimillonarias, porque la mayoría eran asignadas solo a 3 constructoras, las brasileñas Odebrecht y Andrade Gutiérrez y al ingeniero Manuel Estrella.
La puesta en vigencia del Reglamento que regula el Mercado de Valores de la República Dominicana, cuya finalidad es otorgar un sello de garantía y credibilidad para los inversionistas; la adquisición de maquinaría para la construcción, para un ahorro de más de $3,000 millones de pesos en el alquiler de equipos y la rescisión del contrato de operación del puerto de Manzanillo.
También, la Tesorería Nacional, a través de la Cuenta Única del Tesoro (CUT), ha comenzado a centralizar en un solo balance todos los recursos que las dependencias manejan como fondos propios, ya sea por el cobro de tasas, impuestos y cuotas de cualquier servicio, y son manejadas con ciertas discrecionalidad por los titulares de turno, porque dichos recursos no eran incluidos en el Presupuesto Nacional.
La reducción de policías y militares que prestan servicios a particulares, la eliminación de planes de pensiones complementarios en todas las instituciones del gobierno; el cierre de 6 instituciones públicas que ya habían cumplido con los objetivos de su creación; la eliminación de 137 cargos de viceministros y subdirectores, y la suspensión de tarjeta de crédito a los funcionarios.
También traspasar al Programa de Medicamentos Esenciales (Promese) la compra y suministro de todas las medicinas e insumos que utilizan los hospitales públicos, donde se ahorraránn RD$4,000 millones cada año.
El Banco Agrícola ha iniciado un programa que ha establecido el crédito supervisado, disponiendo ya de 2 mil millones de pesos para préstamos a los agricultores a un 1% mensual para respaldar la agricultura.
Hay que recordar cuando el presidente Medina entregó los 2 mil 800 millones de pesos como avance para la construcción de 341 nuevas escuelas y un ex diputado del PRD y ex vocero del PPH, agraciado, al recoger su cheque afirmó “aunque soy de un partido de oposición, reconozco que el sorteo se hizo con transparencia”.
Y el mismo ex presidente Hipólito Mejía al referirse al primer mandatario, expresó recientemente” particularmente me gusta, porque es buena, la actitud humana y sencilla del presidente Medina, y el contacto directo que tiene con la gente, lo cual, dijo, se había perdido en la política dominicana. “Son toquecitos, pero a mi modo de ver no están mal”, dijo Mejía.

El Primer Mandatario, con sus propósitos claros, dispone las ejecutorias necesarias para reestructurar social y económicamente el país, imprimiendo un sello personal a su gestión, siendo la transparencia, austeridad, la disciplina en el gasto y la rendición de cuentas de los funcionarios, un hecho que nadie puede regatearle a su administración.
Queda demostrado que la formulación de las políticas públicas son asumidas con todo el rigor y la seriedad debida, conforme al interés general y al compromiso de nación, encarriladas por verdaderos senderos de estabilidad institucional y apartadas totalmente del clientelismo, ¡Manos a la Obra!.