ASAMBLEA OEAASUNCION, Paraguay. – La asamblea general de la Organización de los Estados Americanos aprobó el jueves por unanimidad una declaración para la inclusión social, el respeto a los derechos humanos y erradicación de la discriminación e intolerancia, entre otros.

El contenido del documento de la 44ta asamblea anual de la OEA fue presentado en conferencia de prensa por el canciller paraguayo Eladio Loizaga y el secretario general del organismo José Miguel Insulza.

Una de sus recomendaciones indicó que los Estados deben establecer “políticas públicas intersectoriales de protección e inclusión social con miras a fortalecer el respeto de los derechos humanos y la adopción de medidas integrales para la plena y efectiva participación en la sociedad de todas las personas, en particular aquellas en situación de vulnerabilidad”.

Puso énfasis en “la implementación de políticas económicas y sociales integrales e inclusivas, tendientes a profundizar el desarrollo económico con equidad, fomentar la inversión, el emprendedurismo y la generación de trabajo decente, digno y productivo en todos los sectores, con el fin de reducir las inequidades en el ingreso y las desigualdades sociales”.

Un párrafo destacado para las mujeres: “garantizar la plena equidad e igualdad de acceso, oportunidades, participación y liderazgo de las mujeres en los procesos de desarrollo de acuerdo con los compromisos internacionales asumidos por los Estados dirigidos a alcanzar una participación plena e igualitaria de las mujeres en todas las esferas de la sociedad”.

Por su parte, durante la reunión del Grupo de Revisión de Implementación de Cumbres se aprobó la propuesta del canciller panameño Francisco Álvarez De Soto de invitar a representantes de Cuba al encuentro de mandatarios. De esta forma, Cuba tiene vía libre para participar en la Cumbre de las Américas que se realizará en abril de 2015 en Panamá.

Antes del cierre de las deliberaciones, Argentina reiteró su pedido a la Gran Bretaña para sentarse a una mesa de diálogo y tratar sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

“Ya es tiempo en que la Argentina y el Reino Unido se vuelvan a juntar para hablar respecto a la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes”, dijo el canciller argentino Héctor Timerman en la sesión de clausura de la asamblea de la OEA, iniciada el martes.

Agregó que la simplicidad del reclamo “pone en dramática evidencia que el Reino Unido, miembro permanente del consejo de seguridad de las naciones unidas, se opone al diálogo”.

Timerman expresó que “oponerse al diálogo es oponerse a la paz”.

Los participantes aprobaron una resolución señalando que la OEA “pide que Argentina y Reino Unido reanuden, cuanto antes, las negociaciones sobre la disputa de soberanía, con el objeto de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia”.

También se compromete a continuar examinando la cuestión de las Malvinas en sus sucesivas reuniones hasta “su solución definitiva”.

Más temprano, Ecuador recomendó a la OEA que abandone su sede permanente en Washington.

El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño dijo durante su participación en la sesión que “la realidad cambió y los organismos deben también adaptarse a los cambios”.

Especificó que la OEA debe impulsar “un espacio integral de derechos humanos al que puedan recurrir individuos y organizaciones frente a los abusos de los Estados, pero también de los abusos de poderes mediáticos y las empresas transnacionales”.

Patiño a su vez reivindicó la vigencia del Pacto de San José de Costa Rica, un compromiso para la promoción y el respeto de los derechos humanos, pero lamentó que Estados Unidos siga sin firmarlo.

“Mientras existan asimetrías con el financiamiento y asimetrías de recursos, se corre el riesgo de que el pacto quede convertido en palanca de presión política” y seguidamente recomendó que la OEA abandone su sede permanente en Washington “y se instale en un país firmante del Pacto de San José”.

Las expresiones de Patiño contrastaron con la posición de José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, quien sostuvo que el organismo sigue teniendo “fuerza y vitalidad porque sigue cumpliendo con su principal objetivo: ser el foro político de los países de América, donde todo se dice, donde hay un verdadero diálogo, donde todos pueden participar en pie de igualdad y dar su opinión sobre cualquier tema relevante de la región, siendo tratado con dignidad y respeto”.

El analista político Ignacio Martínez dijo a The Associated Press que “la imagen de la OEA está resquebrajada porque tiene mucha retórica y poca acción en el campo. Debe redefinirse, debe ser más ejecutiva”.

Explicó, por ejemplo, que hay países de la región “con serios problemas con el sistema democrático porque aunque sus gobernantes fueron elegidos de forma legítima, en el ejercicio del poder atacan la libertad de prensa y de expresión, la libertad de reunión y manipulan la justicia. La OEA no interviene”.

En tanto, el comentarista político Eduardo Arce dijo a AP que la OEA “está fuera de tiempo. Es un grupo supranacional sin ningún peso político ni económico ni social”.

Arce indicó que las resoluciones de su comisión o de la corte de derechos humanos “no son cumplidas o tardan varios años en ser ejecutadas. Y no pasa nada. En varios países de la región existen grandes protestas por abusos estatales y la OEA no interviene”.