Rafael Puello

En las tres entregas de nuestro informe titulado “FALCONBRIDGE DOMINICANA: LA VERDAD QUE NOS QUIEREN OCULTAR”, comentábamos que Falcondo está llegando a sus últimos años de operación en el país debido al agotamiento de las reservas minerales en las minas actualmente bajo explotación. A su vez, decíamos que el Proyecto Loma Miranda en realidad aportaría entre 3 y 5 años más de vida para la planta y no 20 años como falsamente ha declarado Falcondo.
Denunciábamos entonces que Loma Miranda tiene que ver con la intención económica de exprimir hasta la última gota de níquel a nuestras montañas antes de Falcondo cerrar definitivamente, sin importar que los beneficios económicos durante un período de tiempo tan limitado probablemente nunca puedan justificar el enorme impacto ambiental a producirse.
Al respecto llamábamos la atención sobre el hecho de que Falcondo no haya entregado, entre otros, los siguientes documentos: i. Estudios de perforación supuestamente realizados en Loma Miranda durante el 2008, que soportan las estimaciones de las reservas minerales y por tanto su vida útil; y ii. Certificaciones internacionales que supuestamente avalan tales estimaciones.
En este sentido decíamos que en función a una expectativa de vida relativamente corta, podía entenderse el nuevo plan de negocios desarrollado por Falcondo a partir de 2011, consistente en (i) comprar a otra compañía local (AES) la enorme cantidad de energía consumida por la Planta, en lugar de producirla internamente en su Planta Eléctrica de 200MW; y (ii) importar todo el nafta utilizado en el proceso metalúrgico, en lugar de importar petróleo crudo, bombearlo a través de su oleoducto y luego convertirlo en nafta en su Planta de Refinería ubicada en Bonao.
Explicábamos que se trata de un cambio de estrategia de negocios a largo plazo, implementada por Falcondo durante los últimos 40 años, por otra a muy corto plazo.
Pero Falcondo insiste en declarar que sus operaciones se prolongarán por 20 años más si resulta aprobado el Proyecto Loma Miranda. En defensa de esta tesis alega que la decisión de abandonar el proyecto de conversión a gas natural de su planta de energía (que actualmente usa fuel-oil), para pasar a comprar la energía a otra compañía, no tiene nada que ver con el acortamiento de la expectativa de vida de la planta, sino que “obedece a la intención de reducir costos operativos”.
Solo por concepto de compra de energía, Falcondo pagará este año unos 50 millones de dólares. ¿Eso es reducir costos? Evidentemente que no. Barrick Gold Pueblo Viejo, por solo citar un ejemplo, ha realizado fuertes inversiones para autogenerar las enormes cantidades de energía que consumirá, lógicamente buscando una mayor eficiencia a largo plazo.
Y es que la rentabilidad económica de los proyectos de energía a base de fuentes más baratas, tales como carbón o gas natural, está más que probada en todo el mundo. Claro está, si la expectativa de vida de la empresa está por debajo del tiempo de retorno de la inversión, lógicamente será más conveniente comprar la energía a un tercero.
Si yo fuera el Presidente electo Danilo Medina, en caso de resultar ambientalmente viable el Proyecto Loma Miranda, tomaría en cuenta que según las informaciones de Falcondo se generarían 3,000 millones de dólares en beneficios durante más de 20 años, de manera que solicitaría como condición para su aprobación la construcción de una de las dos plantas a carbón cuya realización ha anunciado el Presidente electo como una de sus prioridades.
Sería una exigencia absolutamente razonable y justa: El país cuenta con una precaria infraestructura eléctrica y requiere urgentemente diversificar su matriz energética. Lo último que necesitamos es que empresas mineras de capital extranjero, que de por sí ya ocasionan un daño muy significativo al medioambiente debido a la naturaleza de sus actividades, drenen de nuestro pobre sistema eléctrico nacional las grandes cantidades de energía que requieren para sus operaciones, tal como está haciendo Falcondo. Sobre el particular, Celso Marranzini declaró públicamente que el enorme consumo energético de Falcondo está ocasionando una gran inestabilidad en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).
Lo peor de todo es que Falcondo está comprando la energía producida por AES a base de gas natural. Es decir, en lugar de beneficiarse el país con la generación de este tipo de energía más barata, es Falcondo con su actividad minera que está sacando mayor provecho.
De manera que si Falcondo considera que no le resulta económicamente viable producir internamente la energía que consume, debido a que su Planta Eléctrica utiliza fuel-oil, cuyos precios actualmente son muy altos; entonces, debe ser muy factible para esta empresa construir una de las plantas a carbón que tanto necesita el país. De hecho, la casa matriz de Falcondo, Xstrata Plc., es uno de los mayores productores de carbón en el mundo.
Sería un negocio “win to win”, es decir, ganaría el país porque necesita urgentemente diversificar su matriz energética y ganaría Falcondo porque se estaría asegurando el suministro a bajo coste de las enormes cantidades de energía que necesitaría durante los próximos 20 años en los que dice seguiría operando en el país gracias al Proyecto Loma Miranda.
Ello así, claro está, siempre y cuando sea cierto que el Proyecto Loma Miranda generaría 3,000 millones de dólares en beneficios durante más de 20 años, tal como ha declarado públicamente Falcondo; pero si resultara que en realidad dicho proyecto prolongaría las operaciones de la minera, en el mejor de los casos, por 3 o 5 años más, como nosotros venimos denunciando, lógicamente que el negocio de una Planta Eléctrica a carbón o gas natural no convendría a Falcondo ni a sus accionistas, puesto que el plazo requerido para la recuperación de su inversión sería mayor a la expectativa de vida de la empresa.
En definitiva, si yo fuera el Presidente electo Danilo Medina, de resultar ambientalmente viable el Proyecto Loma Miranda, negociaría las mejores condiciones para el país directamente y de “igual a igual” con Xstrata Plc., casa matriz de Falcondo, que tan solo el año pasado obtuvo una ganancia neta de 5,700 millones de dólares, producto de sus operaciones en todo el mundo.
Escrito por: Rafael Puello