Santo Domingo,RD.- La violencia en el cine dominicano era casi ausente. Pero en los últimos tiempos eso ha ido variando y dos de las cuatro películas estrenadas este año tienen una dosis de este elemento en sus respectivas tramas.

Si hace dos años se estrenó “La soga”, (Josh Crock, 2009), desde los primeros meses de 2012 se han exhibido “El rey de Najayo”, de Fernando Báez, y “La lucha de Ana”, de Bladimir Abud, dos producciones que han tratado las consecuencias del narcotráfico y la delincuencia.

Ambas cuentan con escenas en las que la violencia no se ha escatimado.

Este reportaje nace a raíz de las declaraciones que formuló ayer Brad Pitt, quien protagoniza la película “Killing them Softly”, que concursa por la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

“Vivimos en un mundo de violencia y es importante filmarla”, dijo el actor norteamericano, quien presentó ayer la producción dirigida por el neozelandés Andre Dominik, en la versión número 65 de la muestra que se desarrolla en la Riviera Francesa.

En las dos obras fílmicas, tanto Abud como Báez, han buscado dar un significado a las escenas de dureza visual. “Con el cine mostramos: esta es la consecuencia de lo que pasa cuando los seres humanos, los componentes de la sociedad, hacen las cosas sin medir los resultados”, defiende Abud, quien al referirse a “La lucha de Ana” sostiene que presenta una realidad, pero no con la intención de promoverla, sino todo lo contrario.

Y es que en la película que protagoniza Cheddy García, en el papel de una madre, que busca justicia por el asesinato de su único hijo y que se estrena mañana en las salas de cine del país, se aprecia como dos familias son destruidas a causa de la violencia.

Con esta cinta, el joven realizador busca también llamar la atención de las instituciones de República Dominicana, cuyos funcionarios que se dejan corromper, dando el favor a los criminales y promoviendo la violencia.

De su lado, Báez, cuyo filme, “El rey de Najayo” aún se encuentra en cartelera, entiende que pese a que su cinta tiene escenas duras hay una esperanza. “No me perdonaría mostrar cosas como la violencia sin enseñar la solución”, asegura Báez.

Añade que en su filme se encarga de mostrar los motivos que llevan a Julián (Manny Pérez) a convertirse en el narcotraficante en que se transforma. “Es la reacción humana de un personaje  al que le han matado a su padre, por hacer lo que correcto”, agrega el también director del documental “Tiempo de cosecha”.

En un cable publicado or EFE, Brad Pitt expresa su falta de optimismo ante el futuro inmediato del mundo en que vivimos. “Este año tendremos cosas más negativas que en el pasado”, señala y que todo es “cada vez más oscuro”.

Lo positivo al cine
Archie López, quien defiende las cintas de humor,  que proyecten la parte bonita de la sociedad dominicana, en películas como “Cristiano de la secreta” y “Lotoman”, no está de acuerdo con la exposición de la violencia en el cine. “No es positivo, es entretenido, pero no es justificable”, opina López, quien se encuentra en la posproducción de “Lotoman 2.0”.

El Presidente-director de Panamericana Films considera que llevar este aspecto al cine es darle promoción a la delincuencia ya que según entiende, pone ideas en las mentes de los criminales.

Partidario de las comedias que resalten valores y dejen un mensaje, entiende solo este tipo de escenas en filmes que tengan un trasfondo histórico, como alguna guerra u otro conflicto. “La vida cotidiana es suficientemente difícil”, concluye, Archie, quien ante todo ve el cine como un entretenimiento. .

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BRAD PITT Y ANDRE DOMINIK

“No sé si se puede rodar la violencia de una forma romántica, pero hay que hacerlo”, afirmó ayer Brad Pitt en una rueda de prensa en Cannes en la que tanto él como Andre Dominik defendieron que las películas muestren el mundo tal y como es en la actualidad.

Para Dominik la violencia es parte de la historia de una película que cuenta un ajuste de cuentas en el mundo de la mafia y en el que el director no ahorra sangre ni peleas para retratar una situación que se sitúa en la fase final de la campaña electoral que dio la victoria a Barack Obama y en una ciudad indeterminada de Estados Unidos.

“Sería mucho peor para mí interpretar a un personaje racista, me perturbaría más que el de un asesino a sueldo”, señaló, Pitt.

Basada en un libro ambientado en los años setenta, Dominik decidió actualizar la historia y situarla en un momento más actual y utilizar la crisis económica como un elemento que condiciona hasta el pago de los asesinos a sueldo.

“Sentí que era una historia sobre el capitalismo”, explicó el realizador -responsable de “The Assassination of Jesse James By The Coward Robert Ford” -, que resaltó que en este momento todo el mundo está motivado por el dinero.