Por Juan Cruz Triffolio

 

trifoNEW YORK.- El caso Percival Matos ha comenzado a proyectar matices similares a algunas de las producciones cinematográficas de Hollywood aunque en un escenario que no permite tanta espectacularidad.

Luce ser la descarada reedición de otras aventuras similares cuyas consecuencias parecen perderse en las brumas del tiempo sin generar el más mínimo asombro.

Ahora resulta que el ex teniente del Ejercito John Emilio Percival Matos, un hombre que a decir de las autoridades policiales deambula fuertemente armado, vinculado como participante en varios hechos delictivos, no aparece “ni en los centros espiritistas” en una media isla donde “se conoce al cojo sentado y al ciego durmiendo”.

Se trata de una búsqueda que, hasta el momento, vuelve a poner en cuestionamiento el nivel de control y eficiencia que caracteriza a los denominados organismos de investigación y seguridad con que actualmente cuenta la República Dominicana, que en ocasiones nos conduce a asumir el deprimente papel de un pueblo para el hazme reír con cosas serias y que, por tanto,  han de ser preocupantes.

El panorama se torna más singular y alarmante cuando el aguerrido y cortante senador por la provincia Peravia, Wilton Guerrero, asegura que el ex teniente John Emilio Percival Matos es un eslabón pequeño de una red criminal y siendo de esa amanera, el caso del ex oficial encierra un manto de impunidad.

Todo lo anterior, en boca de un legislador que se supone goza de un valioso cúmulo de informaciones sobre lo acontecido, es innegable que bien podría traducirse en preciables rastros para alcanzar con mayor prontitud y precisión resultados convincentes para la justicia llegar a evacuar sentencias ejemplarizantes y la sociedad dominicana recuperar la confianza en los denominados organismos investigativos.

Para colmo, hace unas horas, circula la versión  de que el ex militar Percival Matos habría  logrado abandonar el país, en torno a lo que el vocero de la Policía Nacional, Nelson Rosario, reaccionó asegurando no tener ninguna prueba.

Y mientras las especulaciones discurren y crecen como las verdolagas, en una nación donde “el peso es un tolete”, “lo casual, una chepa” y “el día más claro, llueve”, la necesidad de apresar, vivo, a John Emilio Percival Matos, también se hace mayor, obviando en primer plano que se trata de un vástago del apreciado y avezado general (r) Rafael Percival Peña.

Existen deducciones, no alejadas de la lógica y la racionalidad, que motivan a creer, dado  algunos elementos aludidos en el caso que, lamentablemente, no habrá una entrega espontánea por parte del ciudadano  perseguido.

Siendo de esa manera, urge que los responsables de su pesquisa exhiban la mayor profesionalidad posible en su proceder en interés de evitar derramamiento de sangre o pérdidas de vidas humanas.

Mantener en vilo a los familiares del ex oficial militar y los miembros de la sociedad dominicana no es lo más prudente.

Apremia acelerar el paso para que reine la tranquilidad y la justicia, finalmente, establezca sus correctivos.

El colectivo social dominicano así lo requiere sin actuaciones que podrían ser enmarcadas por encima o por debajo de las leyes.

Manos a lo obra, sin protagonismo ni teatralidades, agilicen el proceso..!!

Ha llegado el momento del punto final..!!