NUEVA YORK.- El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, permanecerá bajo custodia tras ser acusado de agresión sexual por una camarera de un hotel de esta ciudad, 32 años de edad.

La juez de Manhattan Melissa Jackson denegó la libertad bajo fianza para Strauss-Kahn, después que la fiscalía expresara durante la comparecencia del político francés su preocupación por que abandone el país con dirección a Francia y pueda ser entonces obligado a regresar.

La defensa de Strauss-Kahn negó los cargos de los que se le acusa. Según el diario El pais.com, de España, la juez le hará comparecer de nuevo el próximo 20 de mayo.

Durante la vista, la fiscalía ha señalado que las pruebas hasta ahora reunidas dan la razón a la versión ofrecida por la denunciante y que se investiga si Strauss-Kahn se ha visto implicado en una conducta similar en una ocasión anterior. La defensa, que propuso una fianza de un millón de dólares, ha anunciado que recurrirá la decisión de la juez.

La comparecencia había quedado aplazada hasta hoy precisamente a solicitud de la Policía de Nueva York, que quería someter al acusado a más pruebas para detectar posibles restos de ADN. Según indicó The Wall Street Journal, los agentes querían examinarle en busca de arañazos. La tramitación judicial de este caso puede llevar el tiempo suficiente como para impedir que el destacado dirigente socialista francés, máximo aspirante a la presidencia de su país, pueda concurrir el año próximo a las elecciones sin esta causa pendiente.

Prohibido salir de EE UU

El diario español El país.com cita que el detenido no disfrutará de inmunidad diplomática, beneficio que no sirve contra este tipo de delitos. En todo caso, es casi seguro que no podrá abandonar Estados Unidos hasta que este litigio sea resuelto, lo que, según expertos judiciales, podría llevar varios meses.

Strauss-Kahn, de 62 años de edad y casado con la periodista de televisión Anne Sinclair, tendrá que enfrentarse ahora a una serie de audiencias judiciales que, probablemente, concluirán en un juicio, a menos que, durante el procedimiento, el acusado alcance algún acuerdo extrajudicial con la presunta víctima y con el respaldo de la fiscalía, lo que evitaría el trance de una dura vista pública pero nunca le daría el veredicto de inocencia.

Durante todo ese proceso, es improbable que Strauss-Kahn sea autorizado a viajar a Francia, lo que le impedirá participar en la campaña electoral en ese país y, seguramente, le obligará también a renunciar a su responsabilidad actual al frente de FMI. Un comunicado de esa institución emitido ayer afirmaba que “sigue a pleno funcionamiento”, sin comentar las circunstancias por las que atraviesa su jefe. El número dos del organismo, John Lipsky, asume de momento el mando.

De 15 a 20 años de cárcel

Los cargos contra Strauss-Kahn se encuentran en la escala más alta de las agresiones sexuales, ya que no se refieren a molestias o acoso no consentido, sino a actos que incluyen el uso de la violencia y que causaron lesiones, aunque leves, a la víctima, que tuvo que ser atendida en un hospital. Solo el intento de violación puede ser castigado con penas de entre 15 y 20 años de cárcel en el estado de Nueva York.

Diez minutos antes de despegar

El diario El pais.com reseña que los hechos, según la versión facilitada por el portavoz de la policía, Paul Browne, ocurrieron en torno a la una de la tarde del domingo. Una mujer, camarera de 32 años y origen africano, se encontraba limpiando un pasillo del hotel Sofitel, en la calle 44 del Oeste de Manhattan, en el que se alojaba como invitado Strauss-Kahn, que había estado antes comiendo con su hija en Nueva York.

La mujer entró en la habitación del Strauss-Kahn, una lujosa suite que cuesta 3.000 dólares la noche, sin percatarse de que había alguien en el baño. Cuando pasó al cuarto de baño, el político francés se encontraba desnudo y se abalanzó sobre ella. Intentó huir pero Strauss-Kahn se fue por ella al dormitorio. La camarera consiguió escapar hasta el baño, donde de nuevo fue objeto de ataques sexuales, como un intento de ser sometida a sexo oral. Tras varios minutos de forcejeo, la presunta víctima logró finalmente salir de la habitación y relató lo sucedido a sus compañeros, quienes inmediatamente llamaron a la policía.

Cuando los agentes llegaron a la habitación de Strauss-Kahn, este ya había abandonado el lugar, dejando signos de haber salido precipitadamente. Según la versión policial, se dejó olvidado su teléfono móvil. Cuando los policías averiguaron que se había trasladado al aeropuerto John Kennedy, acudieron en su búsqueda y consiguieron detenerlo a bordo de la cabina de primera clase de un avión de Air France con destino a París 10 minutos antes de su despegue.