SANTO DOMINGO, RD.- El Director General de Impuestos Internos, Juan Hernández, está vivo para contar su historia y la forma en que enfrentó un terrible mal que acabo con su corazón, según dice “tenia algo autogenerativo un dislocamiento del sistema que ve peligro donde no hay y afecta órganos.
Explica que en su caso afectó el corazón y por eso le hicieron un trasplante y lo trataron con célula madre.
En una entrevista para el Programa El Puerto, Hernández dijó que para poder superar esta situación fue trasladado a Estados Unidos para recibir atenciones en un centro especializado de Boston, donde fue sometido a un tratamiento médico profundo y hoy dice que el mal ha sido superado.
Según le han dicho sus médicos ya no le queda nada del virus que le originó el problema y acostumbra a cada seis meses ir a realizarse un chequeo de la evolución del sistema. “Gracias a Dios estoy como veo”.
Aunque estaba confiado en que podría recuperarse hoy reconoce que fue difícil, “fue una situación delicada, pero lo más importante es que Dios me ha permitido estar aquí”.
Por las estadísticas en ese tipo de mal hay quienes dudaban que él lograra superar la enfermedad, sin embargo con regocijo dice que “el señor me ha curado y lo hizo para que siga trabajando”.
Desde finales del 1978, Juan Hernández está casado con doña Altagracia Tavares, quien al igual que él es oriunda de Santiago y quien ha sido un soporte importante en los momentos difíciles de su vida y así se lo demostró, durante el tiempo que duró recluido en un centro asistencial de Boston.
“Me di cuenta de algo muy importante y es que tengo una maravillosa familia”, y destaca que el amor de su esposa lo ayudó mucho a reponerse.
Además del apoyo de sus parientes y amigos él nunca perdió la fe de que podría superar la enfermedad. “me sentí muy bien con mis hijos y con muchas personas”.
Cree que el trabajo realizado en la DGII quedó demostrado porque cuenta con un gran equipo y recuerda que luego de visitarlo en el hospital de Boston, el presidente Fernández, nombró a Germania Montás, subdirectora de Impuestos Internos, en funciones de directora y para su satisfacción la administración siguió igual y se elevó.
Según Juan Hernández ese logro fue debido a que se cumplen los requisitos al momento de contratar un empleado en la DGII.
Juan mantiene siempre su ánimo arriba y a pesar de que hay quienes podrían enfrentarlo porque cobra impuestos, durante el tiempo que estuvo en cama sintió que todos estaban de su parte.
A Juan Hernández le ha tocado leer muchos chistes sobre su trasplante de corazón.
Hay algunos que hasta ha exagerado con su caso, si “hubo uno que me dijo que no me cambiaron el corazón, sino que me pusieron uno porque no tenía”.
Hay quienes dicen que Juan Hernández venció la muerte, pero él tiene su propia lectura de esto y dice que “lo que soy es una persona que estoy muy bien con Dios y estoy muy bien alla arriba y eso vale”.
El está consciente de que ha recibido una oportunidad de Dios.