PUERTO PRINCIPE, Haití.- Este domingo, una abuela se enfrenta a una estrella del pop por el derecho a dirigir un país. Es el final singular de unas elecciones nada ordinarias en un año extraordinario para Haití.

Ambos -Mirlande Manigat, de 71 años de edad, abuela de tres niños y esposa de un ex presidente, y Michel Martelly, cantante de 50 años de edad, conocido por sus seguidores como Sweet Micky (Dulce Micky)- son los que llegaron al final de un proceso electoral con todas las tramas y la intriga de una telenovela.

Pero Manigat y Martelly interpretan papeles muy diferentes.

La ex primera dama es una académica graduada de la universidad parisina de La Sorbona con experiencia política considerable y muy popular entre la clase media.

Sweet Micky es un intérprete destacado de kompa (música bailable haitiana), al que le gusta quitarse los pantalones en el escenario. Los jóvenes que vitorean sus conciertos aplauden con la misma pasión sus mítines políticos.

Sus políticas

Los partidarios de Martelly son “hombres jóvenes impresionados por la imagen (ostentosa) de gangsta Bling”, dice Andrew Leak, del Grupo de Apoyo a Haití.

MIRLANDE MANIGAT

Partido: Asamblea Nacional de Demócratas Progresistas.
Edad: 71 años.
Académcia, esposa del ex presidente Leslie Manigat
Cuenta con el apoyo de la clase media.
“No creo que ninguno de los candidatos apuesten por algo concreto en realidad”, comenta.

Sus políticas son, de hecho, más similares que sus personalidades.

Ambos han prometido aumentar el acceso a la educación, mejorar la salud pública, reorganizar del sector agrícola y crear de puestos de trabajo.

También han hecho campaña en favor de la ley y el orden y de dar los haitianos residentes en el extranjero una mayor participación en los asuntos del país.

“La diferencia entre Manigat y Martelly es que la primera forma parte de la clase política tradicional de Haití, mientras que Martelly definitivamente no”, señala Leak.

“Cualquiera que sea el resultado electoral, no significará ni un ápice de diferencia para el 85% de los haitianos que viven en la pobreza absoluta”, aventuró.

El gobierno haitiano simplemente carece de dinero para poner en práctica muchas de las políticas de los candidatos.

El factor Aristide

Los limitados recursos del país se han canalizado en un esfuerzo masivo de reconstrucción después del terremoto en enero de 2010 que mató a decenas de miles de personas y redujo a escombros gran parte de la capital, Puerto Príncipe.

Y hay otro problema urgente, el mortal brote de cólera que se inició antes de la primera ronda electoral del pasado noviembre y todavía no está bajo control.

Para muchos, sólo hay una persona que realmente representa los intereses de los pobres de Haití: Jean-Bertrand Aristide, el exsacerdote convertido en político populista y primer presidente haitiano elegido democráticamente en 1990.

MICHEL MARTELLY

Partido: Respuesta Campesina
Edad: 50 años.
Cantante y actor.
Popular entre los votantes más jóvenes.
Aristide gobernó sólo unos meses antes de que un golpe militar lo obligara a huir del país. Regresó en 1994 y fue reelegido presidente en 2000, pero tuvo que abandonar Haití de nuevo después de una rebelión en 2004.

El ex mandatario vivió en Sudáfrica, pero acaba de volver a su país.

No es el único personaje de la trama que regresa.

Otro ex presidente, Jean-Claude Baby Doc Duvalier, regresó a Haití en enero después de un cuarto de siglo en el exilio, lo que provocó rumores de que Aristide también regresaría.

¿Qué repercusión puede tener la vuelta de Aristide?

El historiador Philippe Girard ha escrito varios libros sobre Haití, incluyendo uno sobre la carrera política de Aristide.

Él “aún disfruta de un gran apoyo popular entre las masas, sobre todo en los barrios pobres de Puerto Príncipe”, asegura.

Por temor a que su regreso generara manifestaciones, los estadounidenses le habían pedido a Aristide que retrasara su viaje hasta después de este 20 de marzo alegando que su reaparición antes de la segunda vuelta podría ser un elemento “desestabilizador”.

¿Elección o selección?

Sin embargo, algunos calificaron la posición de EE.UU. de intromisión extranjera en el proceso democrático de Haití.

Una carta abierta publicada en el periódico británico The Guardian a principios de este mes acusó a las potencias extranjeras de interferir en las elecciones y pidió la cancelación de los comicios de este domingo.

JEAN-BERTRAND ARISTIDE
Partido: Fanmi Lavalas (excluido de las elecciones)
Edad: 57 años
Ex presidente y ex sacerdote
Actualmente residenciado en Sudáfrica
Escritores, académicos y grupos de apoyo a Haití firmaron la carta. Andrew Leak figura en la lista.

“Muchos haitianos se refieren a esta elección como una ‘selección'”, dice. “Para ellos los candidatos de la segunda vuelta fueron elegidos de antemano por la comunidad internacional”.

El partido de Aristide, el Fanmi Lavalas, fue excluido de la primera ronda de noviembre por un tecnicismo.

La votación la ganó Manigat, y los resultados iniciales ubicaron a Michel Martelly en tercer lugar, detrás del candidato apoyado por el actual presidente René Preval.

A continuación, un equipo de observadores internacionales dijo que Martelly habría terminado segundo de no haber sido por el fraude, y el candidato respaldado por el gobierno se vio obligado a retirarse.

“Una transferencia ordenada del poder a una persona elegida limpiamente sería la máxima prioridad de EE.UU.”, señala Philippe Girard.

La preocupación principal es la reconstrucción de Haití tras el terremoto y el nuevo presidente debe tener una buena relación con los extranjeros que están pagando las cuentas, explica.

Esa podría ser una de las pocas certezas en un proceso electoral que, contrariamente a como suele ocurrir con el final de las telenovelas, nunca ha sido fácil de predecir.