Para Janucá es tradicional comer alimentos fritos en aceite, para conmemorar el milagro del aceite que duro (8) ocho días, cuando bebería haber durado solamente uno.

Este milagro se celebra cada año en Israel y en la diáspora. Cada dia con el encendido de una vela.

Basado en esta tradición el embajador Daniel Saban y su esposa Rivka realizaron el encendido de la (4ta) cuarta vela de Janucá en su residencia.

La palabra hebrea Janucá significa “inauguración”, esta es una festividad judía de las más emotivas que recuerda la gesta de los maccabeos, que restituyeron la práctica de la religión judía en Israel durante el dominio griego (165AC), consagrando su gesta con el milagroso encendido del candelabro del Templo de Jerusalén.
La ceremonia de recordación  inició con el encendido de las velas de un candelabro llamado Janukiá acompañado de un canto que fue entonado por los miembros de la comunidad judía que estaban presentes.
En un ambiente de solemnidad, compañerismo y alegría los invitados escucharon la narración de la historia de estas fiestas de la boca del Embajador Saban. Y disfrutaron de las comidas tradicionales de la celebración que consistió en  las sufganiot, bolas de masa frita en aceite rellenas de dulce, donas, las levivot o latkes, pasteles fritos de papa rallada.entre otras variedades.

En esta festividad, se acostumbra a dar regalos o jugar con el dreidel, un trompo de cuatro caras con letras hebreas en cada lado, que son las iniciales de “Un gran milagro ha ocurrido aquí”.
A la actividad se dieron cita miembros del Congreso, miembros del Cuerpo Diplomático Acreditados en República Dominicana, miembros de la comunidad cristiana, miembros de la comunidad judía, miembros de los cuerpos castrenses y Miembros de la Asociación Shalom-Exbecarios de Israel. Alcaldes y personalidades vinculadas al mundo del arte.