Brooklyn 1Freddy P. GalarzaSANTO DOMINGO, RD.- Decenas de dominicanos laboran en un sector de Brooklyn considerado por La Agencia de Protección Ambiental Federal de los Estados Unidos (FDA) como la zona más contaminada de radiación en la ciudad.
Se trata de una manzana en el vecindario de Ridgewood, ubicada en la avenida Irving con Cooper en Brooklyn, donde existen varios establecimientos comerciales, incluyendo varios dominicanos, y donde funcionó la compañía química Wolff Alport, desde el 1920 hasta el 1954, la cual extraía minerales y botaba los desechos radioactivos por los desagües.
Asimismo próximo al espacio está la escuela pública 384; un centro de envejecientes, decenas de viviendas familiares, restaurant Las Alcapurrias, talleres de vehículos y diferentes factorías manufactureras, entre otros negocios.
La Wolff Alport dejó desechos de “torio” (tóxico muy peligroso) en el sistema de alcantarillado y en su propiedad hasta el 1947, cuando la Comisión de Energía Atómica mandó a parar.
La Oficina de Protección Ambiental encontró niveles altos de radiación debajo de los envejecidos edificios y andenes, por lo que incluyó la zona en su lista “Superfund” de residuos peligrosos.
La Agencia Federal anunció el pasado fin de semana que tomará medidas para descontaminar la zona, anunciando un acuerdo con 10 compañías para limpiarla que costarán cerca de $1.4 millones de dólares, además de estar realizando nuevos estudios de la contaminación en el lugar, aunque por el momento no hay planes de desalojo.
Hay otras dos zonas consideradas “Superfund” en la Ciudad de Nueva York: el canal Gowanus, en Brooklyn, y el Newtown Creek, en la frontera entre este condado y Queens.
La agencia gubernamental ha dicho que “no es una amenaza inmediata para los residentes cercanos, empleados o clientes de las empresas de la zona afectada a lo largo de las avenidas Irving y Cooper”.
Ya se han gastado dos millones de dólares en remedios a corto plazo, incluyendo el sellado de un agujero que fue una fuga de material radiactivo cerca de una escuela cercana al sitio y el súper fondo ayudará a pagar para sellar e instalación de sistemas para reducir las partículas radiactivas en el suelo y el aire.
Elías Rodríguez, portavoz de la Agencia Federal, expresó al ratificar que no existe una amenaza para los residentes del área, advirtió que “la exposición a la contaminación radioactiva puede significar una amenaza para la salud a largo plazo” y se construyó una verja de alambre que impide la entrada de personas a un solar baldío, además se instalaron placas protectoras de metal y concreto en los sótanos de edificios, para impedir la salida de gas radón.
El oficial de seguridad radiológica del Centro Médico Jamaica Hospital en Nueva York, doctor Rob Solomon, dijo que los niveles no suponen una amenaza para la salud pública.