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Por Ramón Mercedes

 

Nueva York.- El reconocido hombre de negocios dominicano José Luís Corripio Estrada (Pepín) manifestó durante una conferencia ofrecida en esta ciudad el pasado fin de semana, que la República Dominicana es el mejor país del mundo para invertir y a muchas gentes le falta confianza para hacerlo.

 

Sostuvo que tiene unos 14 mil empleados en sus aproximadas 30 empresas, entre ellas varios medios de comunicación, y los directores tienen plena libertad para opinar, al extremo que, recordó, una vez un periodista español le expresó que cada medio de comunicación suyo parece de dueño diferente, porque cada uno tiene una lía de opinión diferente.

 

Sostuvo que en los períodos en que ha ganado más dinero ha sido en los de crisis, poniendo de ejemplo que bajo los tiros de la revolución de 1965, mientras los empresarios se ahuyentaron y se desgaritaban del país, él comenzó a comprarle sus negocios a precio de vaca muerta, porque al irse del país decían que la nación dominicana se “embromó”.

 

Puso de ejemplo la compra de la Peugeot y Renault, dos marcas exclusivas, además del solar con más de 5 mil metros cuadrados en la Máximo Gómez, casi esquina Nicolás de Ovando, con ocho automóviles en existencia, más las piezas de repuestos, todo por 175 mil pesos, (1965), porque los franceses pensaban que el país se estaba acabando por la revolución.

 

También incursionó, bajo tiros, en el negocio de gas, y le decían “que si estaba loco”; “y yo me alegro de haber estado loco y tener confianza en la RD”, ¿Por qué?, porque observé que la gente hacia fila para comprar el gas y lo pagaba al contado, además de tener buen margen de beneficio; entonces se preguntó, “un producto que soporta una revolución, tiros, la gente vuelta loca por comprarlo para cocinar, es un producto indispensables”, y decidió llevar a dominicana 20 mil cilindros y desde ahí en adelante se metió en el negocio del gas.

 

Indicó que la mejor forma de aprender es sobre los errores de los otros y no los de uno, y que a través de 50 y tantos años he venido meditando porque se ha pasado la vida, no solo trabajando, sino meditando,  lo que sale bien y lo que sale mal.

 

Añadió que no hay garantías de éxitos, porque el éxito es muy circunstancial y relativo, hay gentes que trabaja más que uno y tiene menos éxitos que uno o viceversa. No es por mérito propio siempre el éxito, porque aquel que dice que tuvo éxito comete un grave error, el éxito no es relativamente directo a la proporción, el esfuerzo sí garantiza un requisito mínimo para tenerlo.

 

Expresó que parece ser que el único éxito relevante de hoy en día es el económico, lo cual no es bueno, porque se han perdido muchos valores en la sociedad detrás del dinero, a cualquier precio.

 

Dio una fórmula del éxito, “cuando usted esté cansado de trabajar, que ya no pueda más, siga trabajando, no se siente, porque ahí empieza la diferencia entre el que se sentó y el que siguió trabajando, porque el éxito es el resultado de la diferencia de hacer más de lo que hace todo el mundo, el promedio es una garantía de fracaso hoy en día, la competencia y el empuje es tan grande por la gente destacarse que ya el promedio de lo que hace todo el mundo se quedan en lo mismo”.

 

Añadió que el esfuerzo y el trabajo se sobreponen al inteligente, eso no tiene comparación, y puso de ejemplo “cuando un caballo de pura sangre, excelente duerme de noche, y otro un “chongo” se pasa la noche caminando, cuando el de pura sangre va a salir temprano ya no puede alcanzar el “chongo” porque le lleva 20 kilómetros que camino durante la noche, sin esa diferencia no suele haber éxitos”.

 

Durante la conferencia, ofrecida en el Comisionado de la Cultura, en el alto Manhattan, Corripio explicó gran parte de los 98 puntos sobre los cuales se propone escribir un libro en el futuro inmediato.