SANTO DOMINGO, RD.- Según la Organización Mundial de la Salud, el cuarenta por ciento de la población mundial sufre algún tipo de problema a la hora de dormir. Es tan alarmante el problema, que la OMS implementado el “Proyecto Mundial Sueño y Salud, que consiste en una campaña de divulgación bajo el lema “Dormir bien es vivir mejor”, en la que participan médicos, científicos y la industria farmacéutica”.

Expertos afirman que el sueño contribuye para nuestra salud física y psicológica. Uno de los beneficios del sueño es el descanso para un buen funcionamiento cerebral y su contribución en la recuperación de la salud en casos de enfermedades, ya que él proporciona la regeneración celular y contribuye para el buen estado del sistema inmunológico.

También aseguran que interrupciones del sueño pueden ser significativas barreras para la recuperación de enfermedades. Afirma la OMS que la privación de sueño causa el aumento del riesgo de diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, obesidad, entre otras.

Dormir apropiadamente contribuye para el bienestar mental y emocional. Personas que consiguen dormir bien poseen una mayor capacidad de concentración, autocontroles y realización de tareas personales y profesionales.

Cuando no se duerme lo necesario se altera negativamente la capacidad de concentración, aprendizaje, raciocinio lógico y memoria del individuo.

Parte del requerimiento de la seguridad social de los países avanzados es hacerse un examen médico dos veces por año de los oídos y de los ojos de cada estudiante. Esta prevención debería ponerse en práctica en el país, ya que cualquier problema auditivo o de la vista dificultará el aprendizaje a los estudiantes.

Los jóvenes utilizan su dormitorio para muchas funciones: juegan con tecnología, ven la televisión, oyen la radio y traen amigos. Lo que provoca que no sólo se duerma, sino que se descansa mal.

El insomnio deteriora la calidad de vida, reduce la productividad laboral y aumenta el riesgo de dolencias orgánicas, de accidentes y de daños mentales.

Esta situación debe de preocupar a los padres para poner mayor atención en ayudar a organizar y establecer horarios adecuados que permitan prevenir y corregir estas malas prácticas de los menores.

No existe un consenso entre los especialistas en relación a la cantidad de horas de sueño necesarias para un reposo adecuado, pero la OMS afirma que un adolescente debe dormir ocho horas diarias corridas sin interrupción. Diferentes estudios han demostrado que el 90% de ellos no cumplen con este periodo de sueño. Para los menores de 12 años el periodo debe ser mayor, de 9 a 11 horas mínimo. Para lograr con este cometido los padres y demás adultos deben dar el ejemplo y organizar una rutina diaria con persistencia y perseverancia.

Un periodo de sueño y alimentación adecuados, especialmente el desayuno, la comida más importante del día, son imprescindibles para un rendimiento óptimo en los estudios por parte de niños y adolescentes. De no tenerlos sería como querer arrancar un carro sin combustible y el motor con desperfecto.

Una nutrición balanceada y un periodo de sueño adecuado son fundamentales para la salud y desarrollo integral de todo ser humano; y por sus deficiencias se paga un alto precio a largo plazo.