El Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Procuraduría General de la República ha ofrecido asistencia a más de 16,000 hombres desde el 2008 en que comenzó a operar y hasta la fecha no se ha registrado ningún feminicidio entre los intervenidos con conductas violentas.

Según estadísticas oficiales de la PGR solo en este año 2017 unos 2,819 hombres fueron tratados en esta dependencia.

Este centro, que es una importante herramienta para el Ministerio Público en el combate de la violencia de género, está ubicado en la calle Yolanda Guzmán casi esquina 27 de Febrero, en el Distrito Nacional, pero sirve de referencia nacional, ya que fiscalías de distintas regiones envían hombres con conductas violentas para su regeneración.

Luis Vergés, director de esta dependencia, dijo que cuentan con nueve psicólogos y personal administrativo para trabajar en el cambio de conducta de estos usuarios, cuyo proceso va desde los seis meses hasta los dos años con sesiones semanales de grupo o individuales.

Vergés además indicó que, aunque en menor cantidad, también hay casos de mujeres que llegan al centro por denuncias de violencia contra hombres.

Este centro cuenta con un equipo de psicólogos entrenados en el tema de la violencia familiar basada en género, que utiliza el componente educativo y psicoterapéutico y en algunos casos la psicometría.

Rocío Rodríguez y Rosmery Salcedo, psicólogas terapeutas de esta unidad, indicaron que contrario a lo que la mayoría cree, el perfil y extracto social del hombre violento es variado y también los factores como los casos de desempleos o celos.

El proceso inicia con terapias individuales y luego pasa a grupales donde en principio se trabaja para hacer reconocer a los intervenidos que son los causantes del problema de violencia de género por el que están recibiendo las terapias.

Las psicólogas explican que es normal que estos hombres rechacen que son los auspiciadores del problema, ya que prefieren culpar a la mujer o algún familiar del detonante violento.

Testimonio

Gerardo Natera Ramírez, quien es un antiguo usuario del Centro Conductual que duró en reformación más de dos años, narra que gracias a Dios y al centro, pudo cambiar su comportamiento y vio luces donde había oscuridad dentro de sí.

Para él su principal logro en esta experiencia es que la misma provocó un acercamiento con sus hijos mayores, con los cuales antes no compartía y ahora mantienen una comunicación casi permanente.

El procurador general de la República, Jean Rodríguez, planea replicar la experiencia de este centro en otras zonas de la República Dominicana a nivel regional, destaca un comunicado de prensa de la institución.