Gilberto Lima

Los jefes de la droga, dueños de los denominados puntos y líderes de las pandillas de delincuentes comunes han tenido desde sus orígenes aliados irrebatibles en vecinos y policías.

No nos tilden de exagerado si expresamos que, más de una vez, al dar una dirección, hay quien se haya referido a la casa que está al lado del (punto), para dar una referencia exacta y bajo el entendido de que todos conocen su ubicación

Para poco es sorpresa que igual situación de protección policial se dio por años al asesinado líder de banda, Edwin Omar Cabrera González, “El Muerto”, y a la presunta agrupación que lidera el nombrado Junior Javier Minaya Germán, “Gilbert”, a quien se le atribuye su asesinato.

Mientras solo venden drogas y ponen a otros jóvenes a robar, a mentir y a ser persona poca confiable, nada pasa, son vistos por policías y por civiles con completa normalidad, como gente que al no trabajar se dedican a esa acción alternativa.

De repente, poco importa que sean estos mismos, protegidos por policías, que incentivan y patrocinan la proliferación de descuidistas quienes en cualquier momento te dejan sin el cilindro de gas, el radio del carro, el DVD y cualquier otro artículo que le pudiera generar algo de dinero para drogas.

Los llamados puntos se quedan de generación en generación, sin importar tampoco que cambien la dirección policial en la zona, pues pareciera que a los nuevos agentes les traspasan la orden de protección y continuidad del ilícito negocio.

En definitiva, entendemos que a La Policía, como institución del orden, se le presenta un laberinto de difícil salida y es poner a sus policías a perseguir a los líderes de esas bandas a quienes por décadas protegieron.

Podemos decir que en el caso de las bandas que funcionan en el sector de Herrera, específicamente en Las Palmas y Guajimía, los cuatro (4) muertos, el crimen inocultable, pone en relieve que los grupos que bregan con drogas jamás podrán ser Asociaciones Normales y lástima que se produjesen estas bajas para probar lo contrario.