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RÍO DE JANIERO, Brasil.- Las fuertes lluvias que azotaron en la madrugada del miércoles la región serrana de Río de Janeiro han causado al menos 80 muertos, según fuentes oficiales. Entre los desaparecidos se encuentran tres bomberos que fueron sepultados mientras intentaban rescatar víctimas en el municipio de Nova Friburgo, unos 160 kilómetros al noreste de la capital del estado.

La localidad más castigada es Teresópolis, donde el temporal se ha cobrado 71 vidas y ha obligado a desalojar de sus casas a cerca de un millar de personas. Allí, varios barrios han quedado aislados y la ciudad permanece sin energía eléctrica, hasta el punto de que el alcalde, Jorge Mário Sedlacek, se encuentra reunido con sus secretarios a la luz de las velas desde las cuatro de la madrugada.

“Es la mayor catástrofe de la historia del municipio”, aseguró Sedlacek en una entrevista a una emisora local de TV Globo.

Del gabinete de crisis encabezado por el alcalde saldrá un informe de daños y necesidades para pedir ayuda al gobernador de Río, Sérgio Cabral, quien se encuentra fuera de Brasil y visitará la región este jueves. Por el momento, el Ayuntamiento ha decidido decretar el estado de calamidad pública ante una situación que el secretario de Turismo, José Alexandre de Almeida, ha descrito como “caótica”.
Barrios incomunicados

En Nova Friburgo, además de los tres bomberos desaparecidos, los deslizamientos de tierra causaron otras cuatro víctimas mortales. Entre los fallecidos figuran un anciano y una niña de siete años que quedaron atrapados al venirse abajo una vivienda a última hora del martes, así como una mujer a la que el torrente de agua arrastró de madrugada.

También afronta ese municipio la falta de luz y los problemas de comunicación que afectan a Teresópolis. Además, el desbordamiento del río Bengalas -medio metro por encima de su nivel habitual- ha acabado inundando algunas de las carreteras cercanas. Según Defensa Civil, en 24 horas ha caído más agua que la esperada para todo enero.
‘Un mar de barro’

Mientras tanto, en un barrio de Petrópolis -la mayor ciudad de la región, con más de 300.000 habitantes- se ha confirmado la muerte de un matrimonio de tercera edad y quienes residen en los alrededores describen escenas de destrucción y desesperación.

“Vivo aquí hace 25 años y nunca había visto algo así”, explicó Manoel Cândido da Rocha Sobrinho al diario ‘Folha de S. Paulo’. “Vivo en una zona alta, pero cuando miro hacia abajo sólo veo un mar de barro. La mayoría de las personas se ha salvado subiéndose a los árboles o corriendo hacia lugares más altos”.
Tareas de rescate

Ochocientas personas trabajan ya en las operaciones de rescate. A la espera del regreso del gobernador, su ‘número dos’, Luiz Fernando Pezão, se ha desplazado hasta los municipios más afectados para seguir de cerca esas tareas.

El Ejecutivo regional ha movilizado todos sus helicópteros, incluidos los de las Policías Civil y Militar, con el fin de trasladar bomberos y equipamientos a las zonas que han quedado aisladas por el temporal. “A algunos lugares sólo es posible llegar en helicóptero. La situación es muy mala”, se lamentó el vicegobernador.

La tragedia de Río sigue a la ocurrida en los días previos en São Paulo. También como consecuencia de las intensas precipitaciones, 13 personas perdieron la vida en todo el estado y los ciudadanos tuvieron que enfrentarse al caos circulatorio en la mayor ciudad del país.