José M. FernándezEl aborto terapéutico debe ser excluido de toda penalidad, consideró el Centro Dominicano de Fortalecimiento y Estudio de la Seguridad Social (CDFESS),  la entidad enfatizó que en los casos excepcionales en que la vida y la salud física de la embarazada peligren debe permitirse el aborto terapéutico.

José Miguel Fernández, presidente del CDFESS, destacó que cuando hablamos de riesgos estamos refiriéndonos a la posibilidad de que ocurra un suceso no deseado o una causa de inviabilidad de la vida del feto; en estos casos la embarazada está frente al peligro potencial de perder la vida. Citó entre los casos más frecuentes la infección ovular, en la cual  el embrión es inviable,  por cuanto el vaciamiento uterino es la única medida para salvar a la madre de secuelas graves o de la muerte.

De igual manera en el embarazo ectópico el embrión se implanta fuera del útero, comprometiendo órganos como páncreas, riñones, intestinos o tejidos, también la formación anómala desde la fertilización pone en riesgo la vida de la madre.

Otra causa razonable para el aborto terapéutico es la insuficiencia sistémica u orgánica agravada o desencadenada producto del embarazo, como las cardíacas o las respiratorias, la endocrina, la renal o auto inmune que agrava o compromete la vida de la mujer embarazada.

Fernández deploró la actitud de ciertos sectores  que a través del chantaje pretendan hacer prevalecer sus  posiciones ultraconservadoras e ilógicas; como consecuencia de complacer a esos sectores, hoy las familias dominicanas sufren los terribles efectos de los  embarazos en las adolescentes por la oposición a una sana educación y orientación sexual entre otros factores. Recordó que esos sectores principalmente eclesiásticos tienen una alta cuota de responsabilidad  en las dificultades que la sociedad dominicana padece y como resultados de estas no logre superar los problemas estructurales de la nación, todo esto como consecuencia del funesto golpe de Estado al gobierno del Profesor Juan Bosch, golpe apoyado descaradamente por la iglesia católica en las personas de los “sacerdotes” Lautico García y Marcial Silva. Agregó Fernández.

Puntualizó que en modo alguno de lo que se trata es de permitir que el aborto pueda practicarse por  todos los medios y de manera ligera y antojadiza, sino que en los casos especiales y de excepción la madre pueda elegir en los casos de incestos, violación o bien el médico en los caos de situaciones que pongan en riesgo la vida de la embarazada.