Estudios previos mostraron que el virus de Zika puede permanecer en el semen hasta seis meses. Pero poco se sabe sobre si la exposición prolongada de los testículos al virus puede provocar daño.
Para estudiarlo, Diamond y colegas infectaron a ratones con Zika. Una semana después, los expertos recuperaron el virus de los testículos y el semen, y hallaron evidencia de genes virales en determinadas células testiculares. En general, los testículos lucían normales tras esos primeros siete días.
Pero luego de tres semanas, aparecieron las diferencias. Los testículos de ratones infectados con Zika se habían encogido a una décima parte de su tamaño normal, y la estructura interna estaba destruida.
“Vimos evidencia significativa de la destrucción de los túbulos seminíferos, que son importantes en la generación de nuevos espermatozoides”, explicó Diamond.