antonio ciriaco cruzSANTO DOMINGO, RD.– El Barómetro del Mercado de Trabajo revela que el  mercado de trabajo de Republica Dominicana muestra marcadas deficiencias, como son enormes brechas de ingresos laborales, baja participación de la población en edad de trabajar en la actividad económica y en el empleo -sobre todo de mujeres y jóvenes-, insuficiente generación de empleos de calidad, alta informalidad y bajos salarios.

El  Barómetro del Mercado de Trabajo es un informe de monitoreo y evaluación periódicos del mercado laboral, cuyo  primer número, presentado ayer, fue elaborado por el Instituto de Estudios Interdisciplinarios y Estadísticas para el Desarrollo (IDDE) y el Instituto de Investigación Socioeconómica (INISE) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

De  acuerdo con el estudio, las enormes brechas de ingresos, baja capacidad de generación de empleos, alto desempleo, alta informalidad y bajos salarios, constituyen un círculo vicioso que se traduce en una muy desigual distribución funcional de los ingresos nacionales generados en el mercado laboral, con una muy baja participación de Julio cesar mejialas remuneraciones de los trabajadores.

El informe destaca que pese al reconocido y bien documentado éxito en el crecimiento económico de la República Dominicana de las últimas cuatro décadas, los enormes rezagos del mercado laboral dominicano, dibujan un panorama poco halagüeño con vista a los retos presentes y futuros que debe enfrentar la economía y sociedad dominicana.

La des­igual distribución de los frutos de ese crecimiento, como resultado de una brecha creciente y persistente entre el incremento de la productividad del trabajo y el de los ingresos laborales, sigue planteando un serio problema de inequidad, que determina la baja elasticidad de la pobreza con respecto al creci­miento económico.

Desde la perspectiva de la demanda de trabajo, además de la insuficiente capacidad de generación de empleos, la baja calidad de la mayoría de los empleos creados constituyen determinantes estructurales de la economía de República Dominicana que han imposibilitado los necesarios círculos virtuosos entre el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la expansión de los estratos de medianos ingresos que se correspondan con la clasificación de país de ingresos medios altos.

Estas son algunas de las conclusiones que plantea el Barómetro del Mercado de Trabajo, realizado por los investigadores y académicos de la UASD, Julio Cesar Mejía Santana, doctor en Demografía, y Antonio Ciriaco Cruz, doctor en economía.

Los resultados del Barómetro plantean la necesidad de ponderar debidamente de manera especial en el debate actual sobre las propuestas de modificaciones al Código de Trabajo y en las decisiones finales que tomarán los legisladores dominicanos y el Poder Ejecutivo la asintonía entre los niveles y crecimiento de la productividad y los bajos niveles, así como las tendencias regresivas de los ingresos laborales, la persistencia del alto desempleo, la baja protección social y la elevada informalidad  de la fuerza laboral dominicana.

El salario

En la región latinoamericana, actualmente sólo en Nicaragua, Bolivia y México, se pagan salarios mínimos por debajo de la República Dominicana. El salario mínimo que se paga en Paraguay, Brasil, Chile, Venezuela y Uruguay Argentina duplica el que perciben los trabajadores dominicanos.

El problema de los muy bajos salarios mínimos de referencia en República Dominicana se agrava si se agrega el hecho del alto grado de incumplimiento en la práctica de los salarios mínimos, pues el país presenta una muy alta proporción de trabajadores con salario nominal por debajo de dichos mínimos, con tendencia al incremento: 27.8% a principios del año 2010 y 35.1% a fines de 2011. Este nivel de incumplimiento de la norma legal sobre el salario mínimo es uno de los más altos en la región.

Productividad y salarios

En teoría, “en un mercado de competencia perfecta la productividad es la fuente básica de las mejoras de los salarios reales”, y por tanto, a mayor productividad del trabajo habría mayor salario real.

Esta relación no se ha verificado en la República Dominicana en los últimos años, pues mientras la productividad laboral ha crecido significativamente los salarios reales mínimos y medios se han mantenido prácticamente en niveles de estancamiento. En el año 2010, la productividad de la fuerza laboral 0se incrementó en 3.5%, mientras que los salarios mínimo y medio real se redujeron en -6% y -2.0%, respectivamente. Más reciente, en el año 2011, el crecimiento de la productividad laboral fue apenas 0.4%, pero el salario medio real se redujo en -2.7% pese al incremento que experimentó ese año el salario mínimo real de 8.2%.

Brecha de desigualdad

República Dominicana presenta la mayor brecha de desigualdad de ingresos laborales entre el 20% de la población que recibe mayores ingresos y el 20 de los que reciben los más bajos ingresos por el trabajo en un conjunto de los 11 países de la región. Los primeros reciben 28 veces los ingresos de los segundos.

Existen brechas salariales por sector y ocupación del trabajador, así mismo como si esta reside en área urbana o rural. Así, por ejemplo, un trabajador del sector financiero que reside en una ciudad recibe un salario 1.8 veces mayor que el de un trabajador de la industria, mientras que si se reside en una localidad rural el cociente es de sólo 1.4.

De igual forma,  lo existen desigualdad por genero o edad, En promedio, una trabajadora percibe el 64% del ingreso laboral de un trabajador hombre.

Las desigualdades en el empleo por género

El estudio, basado en la Encuesta de Fuerza de Trabajo del Banco Central, encuentra que a pesar del aumento significativo del empleo femenino que se ha verificado en las últimas décadas, en República Dominicana persisten las desventajas de las mujeres en el mercado laboral en términos de oportunidades de empleo. La tasa de ocupación femenina es apenas el 57% de la proporción de hombres en edad productiva con empleo (39.9% versus 69.9%), una diferencia de 30 puntos porcentuales a favor de los hombres, brecha ligeramente mayor que la desigualdad por género en la participación, lo que indica que las dificultades de las mujeres en el mercado laboral son aún mayores cuando se trata de la obtención un empleo.

El empleo por edad

Las oportunidades de empleo de los jóvenes entre 15 y 24 años son apenas poco más de la mitad de las de aquellos en las edades más productivas (38.6% en jóvenes de 15 a 24 años frente a 71.4% en adultos de 25-44 años).  Esta brecha inter generacional en las oportunidades de empleo es mayor entre las mujeres que entre los hombres y entre los residentes en la zona urbana respecto a los que viven en la zona rural. La tasa de ocupación de las mujeres jóvenes es 2.4 veces menor a la de las adultas, mientras que entre los hombres la brecha es de 1.7. Los jóvenes residentes en  núcleos urbanos se emplean 2.3 veces en menor proporción que los adultos, mientras que en zona rural la brecha es sólo 1.7.

nformalidad

En República Dominicana, de acuerdo con los criterios de medición de la informalidad utilizados por el Banco Central, actualmente 57 de cada 100 trabajadores son informales, según datos de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT) de octubre de 2011. De otro lado, la OIT estima para 2011 en 50% el nivel de informalidad de República Dominicana.

En comparación al nivel de 2010, en promedio, la informalidad se incrementó 0.5 puntos porcentuales en 2011, al pasar de 56.5% a 56.9%. Sin embargo, estos promedios ocultan variaciones de magnitudes importantes  en la tasa de informalidad si esta se calcula por semestre.

Creación de empleo

En el 2011 se crearon 156,396 nuevos empleos, estas cifras absolutas implican un ritmo de crecimiento del empleo a una tasa de 4.2% anual con respecto al empleo existente en el año 2010, apenas 0.3 puntos porcentuales por debajo de la tasa de crecimiento del PIB, pero también 0.3 puntos por debajo de la tasa de crecimiento del empleo en 2009- 2010, aunque la brecha entre el crecimiento del empleo y el del PIB es mucho mayor en el año 2010.

Esta declinación en el ritmo  de creación de empleo se expresa en la reducción de la elasticidad del empleo, lo que implicó que para lograr un  crecimiento de un punto porcentual en la tasa de crecimiento del empleo se requirió en 2011 un crecimiento mucho mayor del PIB que en el año 2010.

Respecto de la calidad de los empleos generados, la creciente tendencia a la informalización del empleo en República Dominicana se refuerza en el año 2011: más de la mitad (57.3%) de los empleos netos creados en el 2011 son informales. Más de la mitad (56.8%) de esos empleos informales fueron generados por el comercio y otros servicios, mientras que casi la mitad (46.4%) de los empleos formales generados son creados por otros servicios y un cuarto (25.9%) en el sector agropecuario.

En cuanto a los empleos formales generados, en toda la década pasada el empleo público fue el único motor del empleo ante el descalabro del empleo privado. Casi la totalidad (96.5%) del empleo generado en la década se produjo en la administración pública. Esta baja capacidad de generación de empleos asalariados o formales explica en parte la persistencia de un alto desempleo, la alta incidencia de empleos vulnerables o empleabilidad precaria en República Dominicana y la baja elasticidad del empleo-producto, pese a ser la dominicana una “economía de alto dinamismo”, con el mayor crecimiento del PBI per cápita en ALC en las últimas dos décadas.

Sobre el  Barómetro del mercado de trabajo

Este es un espacio de trabajo orientado a producir análisis e informaciones que permitan entender el funcionamiento del mercado de trabajo dominicano. Es un informe de monitoreo y evaluación periódicos del mercado de trabajo.  El mismo hace una evaluación basada en el comportamiento de las principales variables del mercado de trabajo y  este tendrá una periodicidad anual.

Los primeros números del Barómetro estarán dedicados a aportar evidencias que permitan entender las razones económicas y sociales de la aparente paradoja del exitoso crecimiento económico de la República Dominicana de las últimas dos décadas y el bajo desempeño del mercado laboral.