El fotógrafo que capta la esperanza de las protestas en Venezuela 

Venezuela vive uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Las manifestaciones en contra del Gobierno de Nicolás Maduro no han cesado en cerca de 80 días. Cada amanecer viene una nueva protesta y otro enfrentamiento, como en los que ya han muerto entre 70 y 80 personas.

Justo en la línea de guerra, existe un fotógrafo cuyas imágenes captan la esperanza y lo extremadamente difícil que ha sido manifestarse un día sí y al otro también. Su nombre es Isaac Paniza, y su cuenta de Instagram se ha convertido en referente para conocer en primera fila lo que ocurre en cada manifestación; pero también cuenta las historias de las personas que están en cada movimiento.

En entrevista para Metro, Paniza nos contó los grandes desafíos de mantener la esperanza viva en las protestas en Venezuela.

¿Cómo ha sido la experiencia de estar cubriendo día a día las manifestaciones en Venezuela?

– Es agotador, porque es diario. Por lo general, siempre hay una pausa de unos días, pero vuelven las protestas. La decisión que se ha tomado es no cesar las marchas. Cuando uno decide seguir en las calles, marchando, deja a un lado el agotamiento físico y decide ir y hacer la cobertura.

Yo no he estado desde el día uno. Cuando comenzaron las manifestaciones yo no estaba en el país. Me tocó vivir la desesperación de saber lo que estaba pasando y tener que estar en otro continente. Yo llegué a Venezuela el 26 de abril, que fue el día que asesinaron a Juan Pablo Pernalete y el 27 de abril, día de la marcha de luto por este muchacho que cayó en Altamira, empecé a registrar las protestas.

¿Qué está sucediendo en Venezuela?

– Hay un gran descontento. Se nota por la cantidad de personas que salen a marchar. No es normal que un lunes haya tanta gente bloqueando la autopista principal, eso no es algo común. Yo he tenido la oportunidad de registrar las protestas desde 2014 y no son iguales. Ahora hay mucha más gente en la calle y el nivel de represión es mucho más exagerado y en algunos casos es bestial, es brutal.

En 2014 nosotros podíamos ver cómo un general de la Guardia Nacional se acercaba a los manifestantes y les pedía que por favor retiraran a la gente. Esto ahora ya no se ve. Esto lo hacen ahora desde un megáfono, desde una ballena [tanque con agua] y si no hacen caso, tiran el chorro de agua.

Veo una gran cantidad de jóvenes al frente de la marcha. Podemos colocar un límite de 17 a 28 años, son los que están ahí, defendiéndose con escudos de madera, poniéndose alfombras de carro como chalecos antibalas. Siempre hay un contingente de la Guardia Nacional que no permite el paso. Ellos tratan de explicar que no quieren enfrentamientos, pero siempre termina con enfrentamientos.