ARGENTINABUENOS AIRES, Argentina.-La ola de violencia y saqueos contra tiendas que se desencadenó hace una semana en Argentina en coincidencia con una huelga de policías por mejoras salariales se cobró otras cuatro víctimas el lunes por la noche, con lo que la lista de fallecidos asciende a siete.

Los hechos graves de violencia comenzaron a mediados de la semana pasada en la capital de la provincia de Córdoba, donde la policía se declaró en huelga y dejó las calles sin protección, facilitando el accionar de bandas de delincuentes.

La huelga de policías y los posteriores saqueos se fueron replicando en distintos puntos del país. En la provincia del Chaco —unos 1.000 kilómetros al norte de Buenos Aires— murieron tres personas el lunes durante el ataque a locales de una avenida comercial de su capital, Resistencia.

“Tenemos un muerto por herida de armas de fuego, es un joven de 23 años”, confirmó el doctor Cristian Obregón, director del Hospital Perrando de Resistencia. El médico también indicó que hay otras dos víctimas en el lugar que se produjeron los incidentes.

Un joven murió en la localidad de Perico, provincia de Jujuy, por una herida de arma blanca en un forcejeo entre vándalos que intentaron saquear una tienda deportiva, reportó el diario El Tribuno y la agencia de noticias DyN.

Para el gobierno central, estos saqueos no responden a una necesidad social, sino a móviles delictivos y políticos y apuntó contra los propios policías que están en huelga.

“El modus operandi es prácticamente similar en todos los lugares y a su vez la acción colateral de los saqueos también puede imaginarse como una acción urdida por los grupos de protesta (policial)”, sostuvo el jefe de gabinete de ministros, Jorge Capitanich, en conferencia de prensa en la casa de gobierno.

El funcionario explicó que las protestas están asociadas “a grupos autoconvocados, en muchos casos exonerados y en otros personal subalterno” que “teóricamente” tienen la “anuencia de jefes y oficiales”. A su vez no hay “personería unificada en el proceso de negociación, con lo cual cada cual reclama para sí cualquier tipo de cuestión”, señaló.

En Buenos Aires un policía cobra en mano un salario mínimo de 4.200 pesos (unos 300 dólares), un ingreso insuficiente para afrontar los gastos de una familia tipo con una inflación del 25% anual.

“Hay policías que están en la indigencia”, advirtió Salvador Baratta, ex subjefe policial bonaerense y líder del Sindicato de Policías y Penitenciarios (SinPoPe). “Acá los policías somos ciudadanos de segunda”, insistió el policía retirado en referencia a que las fuerzas de seguridad en Argentina no tienen derecho a la sindicalización, pese a lo cual han surgido distintos gremios pero sin personería jurídica.

Los salarios de la policía son costeados por cada provincia, lo cual genera situaciones de disparidad en los montos.

La falta de representación gremial también dificulta las negociaciones ya que policías de una localidad aceptan la propuesta y los de otra la rechazan.

El primer foco de conflicto fue en la provincia de Córdoba, 700 kilómetros al norte de Buenos Aires, y luego se expandió a otros distritos. En coincidencia con la huelga policial, grupos de personas salieron a robar comercios, desde cadenas de supermercados hasta tiendas de otros rubros, con el saldo de un muerto.

También fue asesinado un comerciante chino durante un saqueo a su supermercado en Buenos Aires el jueves pasado y se reportó otro fallecido el domingo por la noche durante el asalto a comercios en la provincia de Entre Ríos, 400 kilómetros al norte de Buenos Aires.

“No se puede privar a la ciudadanía del servicio de seguridad pública…Nuestra población necesita la protección, para eso paga impuestos”, dijo en conferencia de prensa el ministro de Justicia, Julio Alak. El funcionario advirtió que “vamos a efectuar denuncias penales” si los policías no deponen su actitud.

El reclamo salarial de los policías se repetía en las provincias de Corrientes, Tucumán y Santa Fe.