Resulta más que vergonzoso el triste espectáculo montado por el señor Domínico Cabral, ex cónsul dominicano en la ciudad de Boston, Estados Unidos, quien luego de ser destituido se ha insubordinado a las autoridades.
Este señor se ha negado rotundamente a entregar la dirección del consulado al señor Miguel Andujar quien fuera designado en el cargo en el mes de agosto pasado por el presidente Leonel Fernández.
Ese caballero para justificar su rebeldía alega que Andujar no ha querido honrar un supuesto compromiso donde alegadamente se comprometía a renunciara al estatus de residente o a la ciudadanía norteamericana para poder acreditarse ante el Departamento de Estado de los Estados Unidos como cónsul.
Eso no es asunto de la incumbencia de ese señor, ya que su obligación era la de entregarle a las nuevas autoridades designadas por el mandatario dominicano y no oponer resistencia como lo ha hecho.
Ahora los culpables son el presidente Leonel Fernández y el Canciller Carlos Morales Troncoso quienes debieron hace tiempo de someter a la obediencia al usurpador que se niega entregar el consulado a su reemplazo.
Ese caballero debió entregar sin oponer resistencia, sublevándose como lo ha hecho, negándose inclusive a recibir al sustituto, llegando al colmo de impedir el acceso de este al Consulado.
Mientras todo esto sucede, el nuevo cónsul, Miguel Andújar, ha responsabilizado al Ministerio de Relaciones Exteriores por no haber podido ocupar su cargo, a pesar del decreto mediante el cual el presidente Fernández lo nombró en esa posición el 25 de agosto del año en curso.
Este ha dicho con justificada razón que desde que fuera designado en el cargo, la Cancillería no se ha puesto en contacto con él para acreditarlo como nuevo cónsul dominicano con asiento en la ciudad de Boston.
El caso es que este feo espectáculo montado por el señor Domínico Cabral afecta la imagen del gobierno en el exterior, ya que demuestra que no tiene control de sus funcionarios que hacen lo que le viene en gana sin recibir ningún tipo de sanción.
Es bueno que se ponga término a la situación de insubordinación en que está inmerso el destituido cónsul dominicano en la ciudad de Boston, Estados Unidos, Domínico Cabral.
La situación que se vive en la legación diplomática debe ser corregida cuanto ante por la Cancillería, ya que esto le hace daño al país y desdice mucho de cómo las autoridades dominicanas manejan las relaciones exteriores.
El designado cónsul, Miguel Andujar alega que nunca se ha negado a acreditarse, ni mucho menos a asumir su responsabilidad como alega el insubordinado por lo que ha urgido de la Cancillería agilizar su tramitación para la acreditación ente el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Tal y como dicen representantes de la comunidad dominicana en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, la actitud del señor Cabral es de un total irrespeto, burla, prepotencia, abuso de poder y falta de consideración a la autoridad del presidente de la República.
No es posible que a esta altura el gobierno este siendo el centro de críticas en Estados Unidos por el feo espectáculo montado por el señor Domínico Cabral quien se ha llegado a creer que el consulado es parte de su patrimonio.
El autor es periodista y reside en Monte Plata