Por Marino Ramírez Grullón
Por muchos años el turismo de cruceros dejó de pernoctar en Puerto Plata.
Esta situación se debió a que los taxistas y demás gremios que anidaban en el entonces muelle turístico de Puerto Plata decidieron que esa plaza era de ellos y agredían a todo el que osaba interferir en sus espacios.
Luego de un buen tiempo y las incesantes gestiones del actual ministro Francisco Javier García, el turismo de crucero volvió a Puerto Plata, claro con la advertencia de que no haya vandalismo entre los sindicatos del transporte.
Esa misma situación se presenta en el Aeropuerto Internacional de Las Américas donde los sindicalistas del transporte asignados allí agreden a cualquiera que llegue en un vehículo que ellos entiendan les hace competencia.
En diferentes ocasiones en el AILA ha habido trifulcas que originan heridos y graves daños a la propiedad entre taxistas sin que se conozca nunca quienes han sido llevados a la cárcel por tales acciones.
Ese vandalismo históricamente ha hecho mucho daño al turismo dominicano de tal manera que no existe ninguna garantía para los extranjeros que deciden venir al país a conocerlo y a gastar su dinero en el comercio local.
Recordemos que en la Ciudad Colonial decenas de viajantes extranjeros y paseantes locales han sido atracados por la delincuencia común, siendo este lugar el más emblemático por su origen histórico para los fines del turismo internacional.
Allí por más controles que se han tomado e inversiones que se han realizado no existe una seguridad que garantice que la gente no vaya a ser víctima de los delincuentes, aún con la necesidad que tiene el país del fortalecimiento del turismo.
Este es un renglón importante de nuestra economía por lo que no sólo toca al ministerio de turismo proteger esta área sino a la Policía Nacional, a los alcaldes locales y a todo aquel que sienta que necesitamos seguridad ciudadana para garantizar el fortalecimiento del turismo.
Por tanto el vandalismo que muestran los choferes turístico pero más que todos los gremios a nivel nacional debe ser foco de atención para las autoridades que entienden que sin garantías de seguridad tampoco habrá desarrollo turístico nacional.
El autor es periodista.