HENRYVILLE, Indiana, EE.UU. – Una cadena de tormentas arrasó varios pueblos de Indiana y aisló a poblaciones rurales enteras en Kentucky, con un balance provisional de más de 30 muertos que podría aumentar a medida que se desarrolla la búsqueda de sobrevivientes.

Tormentas violentas, pronosticadas por los meteorólogos desde hace días, generaron decenas de tornados en su avance del viernes desde el Golfo de México a los Grandes Lagos. Los tornados demolieron bloques enteros de casas, abatieron los postes del tendido telefónico e inutilizaron las torres de repetición de las comunicaciones inalámbricas, además de arrancar los cables del tendido eléctrico y arrastrar multitud de vehículos, autobuses escolares, camiones articulados y dejar intransitables las carreteras debido a la cuantía de escombros.

Las tormentas y tornados mataron a el viernes a 31 personas, pero tanto la magnitud de los destrozos como la amplitud de las zonas afectadas hacen por ahora imposible precisar los daños.

En Kentucky, la Guardia Nacional y la policía estatal se dedicaron a las búsqueda de personas desaparecidas, sin conocer exactamente su número. En Indiana, las autoridades recorrieron las carreteras rurales secundarias y reconocieron que algunos pueblos pequeños “han desaparecido por completo”.

En un poblado de unos 2.000 habitantes al norte de Louisville, Kentucky, los residentes tuvieron que sortear los escombros empujando carritos de supermercado para abastecer a los que lo necesitaran de agua y alimentos. Centenares de bomberos y policías recorrieron las calles de la castigada aldea, donde muy pocas estructuras quedaron en pie y donde fueron destruidas la totalidad de sus escuelas.

Las tormentas del viernes ocurrieron dos días después que otra ronda de tornados matara a 13 personas en el centro y sur del país, y el Servicio Nacional Meteorológico anunció que habrá más días de parecida turbulencia.

Para las 10 de la noche, el servicio había emitido 269 advertencias de tornados. En todo febrero fueron emitidas 189.

“Sabíamos que venía esto. Seguíamos la meteorología como todo el mundo”, dijo el jefe de policía del condado de Clark, en Indiana, Danny Rodden. “Era lo peor que podía pasar. No hay forma de prepararse para algo así”.