ESTADOS UNIDOS.- “Yo soy un locutor de radio que ha caído en tiempos difíciles ¡Por favor! Cualquier ayuda será bien apreciada”, se leía en el cartel que Ted Williams mostraba en la calle para pedir dinero.

A cambio de unas monedas, el indigente hacía gala de su poderosa voz radiofónica.

Cuando un reportero lo descubrió y lo grabó, Williams se convirtió en sensación y, de un día para otro, comenzaron a lloverle ofertas de trabajo.