Por: Miguel Aníbal de la Cruz.

 

 

Cuando Juan de los Santos, el alcalde municipal de Santo Domingo Este, concluya la construcción del Palacio Municipal, podría verse incurso en un proceso penal que le llevaría a la cárcel.

 

Es que cuando se maneja fondos públicos hay que tener mucho cuidado. En la actualidad el alcalde Juan de los Santos y el regidor Soto Lara están enfrascados en una lucha cuerpo a cuerpo en los tribunales.

 

Pertenezco junto al jurisconsulto de excepción, Juan María Castillo Rodríguez, a la barra de abogados de Soto Lara.

 

Según los documentos aportados por Soto Lara al tribunal contencioso existe un contrato donde el síndico firma por unos 213 millones para la construcción de un edificio de cinco pisos.

 

Una certificación del Contralor municipal dice que en el presupuesto de 2011 hay 150 millones para construir la obra. Otra certificación del mismo contralor da cuenta de otros 61 millones en certificado de depósitos. Una tercera dice que ya se pagó 41 millones a la empresa constructora.

 

Sumados estos valores, tenemos 252 millones y el edificio de cinco pisos cuesta 213. Bueno, la cuestión es que Soto Lara se opone a un préstamo de 300 millones alegando que es innecesario. También alega que es oneroso, puesto que pagaría en diez años 280 millones solo de intereses.

 

Lo cierto es que sumados estos valores ascienden 832 millones.  En sus argumentaciones en el tribunal, donde también postula por su condición de abogado,  escuché a Soto Lara decir que el edificio será de tres pisos. De hecho, observé la maqueta colocada en la Carretera Mella, donde se construirá la obra, y, precisamente, es cierto.

 

Si la matemática no miente, el edificio de tres pisos cuesta unos 159 millones, incluida la inflación invocada por la administración. Al municipio le costará 832 millones; es decir, 673 millones más.

 

La ley prohíbe que la obra aumente más de un 25 por ciento. También prohíbe la disminución en el tamaño de la obra. Doblemente ilegal.

 

Estoy acompañando a Soto Lara en los tribunales en mi condición de abogado en un proceso preventivo para evitar este crimen. No acepto honorarios por que no le cobro servicios de defensa a mi municipio. Juan María Castillo tampoco cobra.

 

Cuando nos quitábamos las togas y el birrete, le pregunté a Soto Lara. ¿Cuando al final se haya construido ese palacete a un costo que superaría hoy construir el Palacio Nacional, que va hacer?

 

Me respondió, “Estoy evitando que cometa ese crimen, si finalmente lo comete pagará con cárcel todo aquel que resulte con su responsabilidad comprometida”.

 

Luego me comentó que esta lucha solo la detienen Dios, privándole de sus facultades; y Juancito, privándole de la vida. Y dice que ninguno de los dos va hacer eso.

 

Y no es que él se oponga a la construcción del Palacio Municipal, todo lo contrario; Soto Lara se opone al cruel adeudamiento, y, en cuanto al precio de la obra, quiere que le pongan las cuentas claras.

 

Yo se que Soto, como le decimos sus amigo, ha vivido prácticamente toda su vida en los tribunales y estará en ellos hasta que un día se muera. Para él ese será un caso más. ¿Y Juancito y sus acólitos, estarán preparados para el estrés procesal y finalmente para una eventual condena a prisión? ¡Eso sera tarea de los medios!

 

A propósito, Soto Lara publica un artículo en Ciudad Oriental en el que compara algunos ayuntamientos con carteles. Pero eso no viene al caso.

 

Juan María Castillo Rodríguez, maestro, abogado, líder comunitario, intelectual agudísimo, y hombre de bien, siempre le ha dado mucho a su Municipio. Yo, por mi parte, confieso que tengo una deuda con mi tierra natal. Por eso seguiré haciendo mis aportes.

 

Si la decisión de Soto Lara es defender al municipio llevando este proceso hasta los tribunales penales, como un soldado al servicio de la patria, yo estaré en primera fila, no importa cual sea el precio.

 

Quiero que Danilo Medina gane las elecciones; pero me gustaría echar ese pleito asistido de fiscales del Partido Revolucionario Dominicano. Los fiscales del PLD son muy buenos y honestos; pero temo que se deshonren en ese eventual proceso, como pudiera ocurrirle ahora al tribunal administrativo.

 

TERMINO MI HUMILDE REDACCION CON UNA FRASE DE EL LEGENDARIO ENRICO FERRI, “””EL CASTIGO A LOS CULPABLE ES UNA ADVERTENCIA A LOS CANALLAS”””