El legado de la historia

Desde 1830, la historia de Baume & Mercier es la de una auténtica saga. De generación en generación, de hermanos a amigos, de complicaciones refinadas a innovaciones visionarias, el sueño familiar nunca ha dejado de cumplirse, y los relojes Baume & Mercier nunca han abandonado el ideal que desde hace 180 años se pone de manifiesto en el lema de la Maison d’Horlogerie: «No pasar nada por alto y fabricar sólo relojes de la más alta calidad».

Un soplo de aire nuevo

Con la llegada de 2011 se abre un nuevo capítulo para la marca, que se presenta como una compañera de excepción en los momentos más intensos de la vida.

Vivimos una época de transformaciones en la que nuestros relojes son como señales que marcan, con el sello del recuerdo, los momentos más preciados de la existencia: bodas, nacimientos, aniversarios, celebraciones de fin de estudios o reuniones familiares.

Nuestros relojes son objetos de referencia que permanecen asociados a un momento señalado, y que aportan a lo cotidiano el poso de lo extraordinario. El recuerdo se conserva, inmortalizado para siempre por el guardatiempo.

La era del estilo de vida

El universo de Baume & Mercier está perfectamente representado en el seaside living, la vida al borde del mar, una filosofía de vida que se corresponde plenamente con los valores de convivencia, participación y perennidad que vehicula la Maison d’Horlogerie. Este acercamiento a un estilo de vida, que se transpone a los clientes de la marca, se expresa a través de la familia y los amigos, los seres más allegados que componen ese primer círculo en el que cada instante cobra todo su sentido.

Los Hamptons de Long Island reflejan a la perfección este ideal. Entre la tierra y el océano, entre el arte de vivir y el lujo de ser, los Hamptons son un lugar mágico y una invitación a la sabiduría que se pone de manifiesto en el nuevo eslogan de Baume & Mercier: La vida es una cuestión de momentos

Convertir cualquier momento en un acontecimiento

Con este nuevo impulso, Baume & Mercier presenta una interpretación contemporánea de dos de sus modelos principales con las colecciones CapelandLinea, nuevas referencias de Classima, con más clase si cabe, y con un nuevo código de diseño inspirado por la vida al borde del mar.

Todos los relojes llevan la letra Fi, símbolo de equilibrio y perfección, y signo de reconocimiento de la gran fraternidad que une a los seguidores de Baume & Mercier, una «familia del mundo» que comparte una visión generosa y desenfadada de la vida.

Capeland, el cronógrafo de los momentos auténticos

 

Un hombre, un malecón y el horizonte. El universo de algunos relojes se pone de manifiesto con una ojeada, como es el caso del Capeland. Con su diseño deportivo y elegante, con toques retro y tonos cálidos, es una promesa de evasión, el vínculo tranquilizador entre el hombre y sus sueños.

El recuerdo de un reloj «guijarro»

Un modelo histórico ha inspirado el trabajo de interpretación contemporánea de esta colección, un cronógrafo con monopulsador de 1948. Con su cristal «chevé» y su fondo muy abombado, este reloj era heredero directo de la línea de los relojes de bolsillo de suaves líneas, como las de un guijarro, de principios del siglo XX. Su ergonomía, acentuada por una geometría estéticamente simétrica en las parte de arriba y abajo, fue la principal fuente de inspiración del reloj Capeland.

La fuerza evocadora del Capeland no reside únicamente en su nombre. Todo en él evoca el seaside living, la vida al borde del mar: el contorno pronunciado de su fondo y de su cristal sugieren irresistiblemente los suaves bordes de un guijarro. La forma de las asas, cortas y elegantes, acentúa la redondez de la caja.

Capeland se distingue, también, por los dos tonos de su esfera, que remite sutilmente a la estética de los años cincuenta. Muy elaborada, incluye escalas taquimétrica y telemétrica; la caja se embellece con acabados polisatinados. Cabe destacar que el reloj Capeland tiene una estanqueidad de 50 metros.

Una gama de espíritu confortable y contemporáneo

El corazón de la colección, que en todos los modelos es cronógrafo, se sitúa en una línea de elegancia desenfadada con un ligero toque deportivo, aportado por el sobrio tipo de letra escogido para las cifras y por el detalle rojo en la punta de la aguja de los segundos y en la escala telemétrica. La correa de becerro con costuras claras se impuso como perfecta para este modelo. Combina con los tonos de la esfera, muy a la moda: pizarra, antracita, cobre, marrón, plata, blanco y negro.

El reloj Capeland, muy agradable de llevar, se adapta perfectamente a la muñeca en una demostración elocuente del saber hacer de Baume & Mercier: el equilibrio entre el diseño y la comodidad.

Las piezas emblemáticas

El punto culminante de la colección Capeland es que sus modelos emblemáticos llevan un movimiento mecánico de cuerda automática con función de cronógrafo Flyback.

Este movimiento bicompax de la manufactura Lajoux-Perret incluye tornillos de acero azulado; en la platina y los puentes se ha dado un acabado perlado. Con un fondo zafiro transparente, permite admirar la masa oscilante personalizada con la letra Fi, el emblema de la marca, y se adorna con decoraciones «Côtes de Genève» y acaracolada.

Estos relojes de excepción se distinguen, también, por un cristal «chevé», una esfera abombada con colores retro y agujas de tipo «Breguet». Se ofrece en dos versiones: caja de acero o de oro rojo de 18 quilates, que centellea como el cobre antiguo. Ambas se acompañan con una correa de aligátor marrón oscuro o negro, que pone la nota final de sofisticación.

El reloj Capeland, alianza maestra entre una inspiración histórica y la evocación poderosa de la vida al borde del mar, se perfila como uno de los nuevos clásicos de Baume & Mercier.