Iniciaron los aprestos, consultaron a grandes jurisconsultos, encuestaron a diversos sectores, diseñaron la estrategia de compra de conciencia, pensaban tener el viento a su favor, por lo tanto comenzaron a montar el proyecto reeleccionista. No puede fallar, se decían.
De pronto, comenzaron a surgir voces altisonantes en contra, sorpresa causaron las voces acalladas a fuerza de dinero aguijoneando las seseras con pronunciamientos contrarios, se sumaban a la ola opositora la pastoral de la Iglesia Católica y los pronunciamientos personales de los arzobispos. Pugnando por no quedarse detrás se pronunció el CONEP denostando el estado del país y la desidia gubernamental para enfrentar los males nacionales.
La mesa reeleccionista se tambaleaba. Abucheos en actos públicos, remilgos, protestas sociales, remachaban la malignidad del proceso, el daño causado por los compromisos incumplidos en el 2008 se reflejaba en demasía ahora, adicionado al hecho de que la enorme descomposición económica y social no permitía curar las heridas.
Buscando cambiar el curso de los hechos, los voceros se diversificaron, eligiendo los mas desaforados para zaherir la violación constitucional a perpetrarse, entre los más destacados se cuenta el diputado Abel Martínez, joven político de quien se esperaba un mejor manejo. Los resultados no fueron los esperados. Nada cambiaba para bien. Ante la debacle que se veía venir, recogen unas supuestas firmas -verificadas por nadie- para demostrarle al Repostulado el supuesto fulgor del proceso. El acto fue burdo e idiotisante, no produjo las derivaciones esperadas, el proyecto se desvanece.
Ni las desavenencias de la convención del PRD pudieron ser capitalizadas por el PLD, no resultó en un matadero electoral como ellos esperaban. Los escollos fueron pocos e inermes, fue un proceso convencional democrático y organizado, donde la población manifestó sus deseos de cambio y renovación del poder político.
A causa de tanta negatividad había que desarticular el proceso reeleccionista, nadie más que el Repostulado para decírselo al país y así fue. El viernes 08 de abril 2011 en la noche, con poca disimulada petulancia y con nada de humildad Leonel Fernández le dice al país que aun contando con el derecho de hacerlo no se repostulará, le enrostra sus posibilidades de la victoria electoral y lo tilda de antagonista exagerado. Se equipara con Anibal el conquistador, retirándose de la batalla en pos de un perdón histórico a sus miles de errores. Para nada mencionó la oposición consciente a sus aspiraciones de la sociedad dominicana. Carecía de importancia para él.
Gracias a Dios Todopoderoso, al decrecimiento de la megalomanía leonelista, al pertinente martilleo de los dominicanos por el 4% para la educación, al despertar del adormecimiento social y al desmarcado del envilecimiento que cubría al país: NOS LIBRAMOS DE TENER QUE ESCUCHAR MAS MENTIRAS REELECCIONISTAS. Como un aletazo de moribundo se recurrirá al encumbramiento de la esposa del No Repostulado para tratar de cerrarles el paso a los candidatos con mayor merito dentro del PLD.
Con el retiro de las intenciones continuistas, a contrapelo de todo, se le da un respiro al país. Por cuanto sabemos llegado el momento de redireccionar la Nación. Llegó el momento de restaurar la confianza en el país. Llegó el momento de sacar la droga de las escuelas, de los cuarteles, de las calles. Llegó el momento de proteger a los dominicanos de la delincuencia. Llegó el momento de reducir la pobreza, el hambre, el déficit habitacional y el desempleo. Llegó el momento de empoderarnos para hacer crecer la microeconomía del país. Llegó el momento de restablecer el control de la frontera dominico-haitiana. Llego el momento de PAPA.