Santo Domingo,RD.- Los famosos calendarios de las “megadivas” dieron mucho de qué hablar. Hoy, Sharmín Díaz trabaja en una nueva imagen personal, aunque no se arrepiente de aquellos tiempos. “Fue una etapa muy linda y me siento feliz de pertenecer a esa generación”, afirma la presentadora.

Después de durar tres años ausente en los medios, hace uno que Sharmín regresó a la televisión. Se le ve los domingos en “Aquí es la cosa” por Digital 15.

Para el nuevo programa de temporada que prepara, la conductora de 30 años (admite su edad) quiere mostrar una imagen renovada, y hasta otro comportamiento. “Me siento más madura y enfocada en lo que quiero”.

En ese sentido, se cambió su color de cabello por un tono almendra y su forma será un poco ondulada. “Quiero cambiar esa Sharmín que estaba en los calendarios”, confiesa.

Belleza
Su figura voluptuosa también “se fue a pique”. La comunicadora se sometió a un tratamiento llamado hidrolipoclasia para reducir las caderas y, junto a otras partes de su cuerpo, rebajó 13 libras.

Respecto a las críticas de una parte del público hacia las mujeres que se operan, ella expresa que “a veces son un poco fuertes en los comentarios. La televisión es imagen y de cómo te sientas cómoda”.

Con su padre, a veces mantiene ciertas reservas. “No me avergüenzo de nada, pero a veces le escondo cuando me hago ciertas cosas porque es una persona del campo con valores muy arraigados y no le gustan las cirugías, ni lo concursos de belleza. Él quería que fuera administradora de empresas o abogada”, confiesa.

No es que la mujer de los medios sea vanidosa, sino que debe ofrecerle variedad al público, según Sharmín.

“La gente se enfoca más en lo físico, más que en la capacidad profesional. Al principio nos juzgaban, pero el tiempo nos dio la razón y le mostramos a mucha gente  que sí podemos permanecer en los medios”.

LO QUE MÁS LE GUSTA COMER
Placer

Una de las debilidades de Sharmín a la hora de comer es el donut. En la semana evita hacer “desórdenes”, pero cuando llega el viernes, se da algunos gusticos.

La pasta, ya sea casera o de restaurante, también es una de las predilecciones de la presentadora de televisión.

En base a ejercicio, buena alimentación y mucha agua, la conductora se mantiene en forma, porque entiende que la belleza es esencial frente a las cámaras.

“Aquí en la televisión es donde quiero morir”, asegura.

SUS PREFERENCIAS EN LA BELLEZA
A un año de su regreso a la televisión, Sharmín Díaz confiesa que el reality “La finca”, producido por Tania Báez, la ayudó a encaminarse como persona para proyectarse de manera distinta frente a las cámaras.

“Tania creyó en que yo podía cambiar. Ella me dijo que me diera el chance de que la gente me conociera. Cuando los jóvenes me veían antes, cambiaban de canal, y ahora quiero que la gente vea mi esencia”, sostiene.

Una de los aspectos den los que Sharmín invierte más dinero es en los tratamientos de belleza. Siempre se da masajes y le da a su cuerpo las vitaminas que necesita.

Algunos procedimientos a los que se somete son la carboxiterapia, la microdemarbrasión facial, y la hidrolipoclasia.

Para su imagen física, tiene un estilista personal que la asesora con el vestuario y le arregla el pelo, además de un maquillista.

La conductora no se pone todo lo que está de moda porque reconoce que tiene un cuerpo voluptuoso, y uno de los vestidos que evita ponerse es el de tipo globo porque le aumenta visualmente las caderas.

Sharmín fue seleccionada como uno de los cuerpos “hot” de este año, concurso realizado por Luz García.

Duró casi dos meses ejercitándose con un entrenador personal.

El cuerpo hot se confiesa una fanática de los deportes.

Antes practicaba la natación, pero luego comenzó a jugar tenis. Por lo general va al gimnasio, pero la rutina la aburre mucho. Prefiere trotar en el Mirador Sur con un grupo de amigas.

A la hora de vestir, a Sharmín le encantan los jeans por lo cómodos que son. Le gusta usar muchos vestidos, además de que asegura tener buenas piernas.

En su nuevo proyecto de televisión, lucirá más natural y fresca, sin recurrir a las “megaproducciones de maquillaje”.