BOGOTÁ, Colombia.- La polémica sobre si el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, convaleciente de una isquemia cerebral, debe someterse a un examen médico para establecer si está capacitado para reemplazar al presidente Juan Manuel Santos, operado de cáncer de próstata, se avivó hoy hasta convertirse en cuestión de Estado.

El presidente del Senado colombiano, el oficialista Roy Barreras, manifestó hoy a Efe que “no es un asunto afectivo ni personal, es institucional”, después de que Garzón se negara el jueves a ser objeto de una evaluación médica por considerar que de prestarse a ella estaría apoyando “un golpe a la democracia”.

El vicepresidente recibió el jueves en su despacho la visita de la junta médica que debía realizar esta tarea, pero el alto cargo alegó razones jurídicas y constitucionales para no acceder a la decisión tomada por el Senado a inicios de esta semana.

Y es que el presidente Santos fue intervenido el miércoles de un cáncer de próstata, del que se recupera satisfactoriamente, pero este hecho ha reavivado las dudas sobre la capacidad de Garzón para eventualmente sustituirle por su frágil estado de salud.

El vicepresidente se recupera de una isquemia cerebral que le mantuvo el pasado junio durante más de una semana en estado de coma y en agosto de 2010, días después de asumir su cargo, fue operado a corazón abierto.

“Si yo me prestara a una evaluación médica, me prestaba a un golpe a la democracia contra el presidente, y mi deber es defender con la vida al presidente Juan Manuel Santos”, declaró Garzón para justificar su negativa a someterse ayer al examen médico.

Hoy, en una entrevista con Caracol Radio, Garzón remarcó que no se someterá a una revisión médica y a cambio propuso ir al Senado y allí explicar las condiciones en las que se encuentra, al comentar que está en capacidad de asumir las tareas que corresponden a su cargo.

No obstante, reconoció que su salud “es débil” y que a diario debe someterse durante varias horas a un tratamiento en un hospital.

También dijo que le daría “vergüenza” reemplazar al presidente porque no fue elegido para ese cargo, e insistió en que optó a acompañar a Santos en las elecciones de 2010 como compañero de fórmula solo porque este le insistió.

Esa respuesta desconcertó a los periodistas que le entrevistaban y al propio presidente del Senado, que también entró en la conversación radial, quien le recordó que el vicepresidente en Colombia es elegido para sustituir al presidente cuando este se encuentre ausente de forma temporal o definitiva.

Barreras insistió después en declaraciones a Efe que el examen médico solicitado por el voto mayoritario del Senado se corresponde con “un trámite rutinario” y recordó que “la verificación de las condiciones médicas de un alto funcionario del Estado está reglamentada por la Constitución y la ley”.

En ese sentido, afirmó que la negativa de Garzón “es una situación inédita”.

El senador Barreras manifestó su interés por resolver este asunto por la vía del diálogo y que sea la junta médica la que haga el examen requerido.

“Es un trámite de rutina, tan simple como cuando usted va a refrendar la licencia de conducción y le exigen un certificado médico”, expresó el presidente del Senado.

La junta médica que debe supervisar la salud de Garzón está conformada por los presidentes de la Academia Nacional de Medicina, Fernando Sánchez Torres, y de la Federación Médica Colombiana, Sergio lsaza Villa, así como el delegado del Tribunal Nacional de Ética Médica, Francisco Pardo Vargas.

También forman parte el neuropsiquiatra Guillermo Sánchez Medina, el neurocirujano Juan Mendoza Vega y el psiquiatra Álvaro Rodríguez Gama.

Tras la negativa de Garzón a someterse al examen médico, los seis especialistas enviaron un informe al presidente del Senado en el que afirmaron que “el acto médico previsto no era procedente en esas condiciones”.