Por elmundo.es
Con su espléndida melena rubia, su irresistible sonrisa y su propensión a exclamar ‘awesome!’ (‘¡asombroso!’), uno puede entender el ‘tirón’ de Kody Brown entre sus cuatro mujeres: M/eri, Janelle, Chistine y Robyn (por riguroso orden cronológico).
Todas ellas se van turnando a lo largo de la semana en estricto horario de ‘momentos íntimos’ con el marido solícito, que es también el padre de la ‘camada’ de 16 hijos. Y aunque los celos y las riñas son inevitables, lo cierto es que al final no son muy diferentes de una familia ‘normal’, tal y como pudimos ver en el ‘reality show’ ‘Sister Wives’.
Los Brown conquistaron la fama televisiva, pero pagaron con el bien más preciado: la intimidad. La Policía de Lehi, el pueblo de Utah donde viven, les abrió una investigación por violar las leyes antipoligamia del estado. Temerosos de perder la custodia, los hijos están ahora en algún lugar de Nevada, esperando noticias.
Papá Kody y sus cuatro esposas, entre tanto, han decidido pasar al ataque y reclamar su derecho al ‘matrimonio plural’. En una demanda judicial presentada en Salt Lake City, Brown asegura que su práctica es ni más ni menos que «una conducta íntima entre adultos y con mutuo consentimiento», y que el estado no tiene derecho a meterse en sus asuntos.
«Lo único que pedimos en que nos dejen llevar nuestra vida privada de acuerdo con nuestros principios», asegura el polígamo. «Hay decenas de miles de familias plurales como la nuestra en Utah y en otros estados, y estamos dispuestos a disputar una larga batalla en los tribunales para acabar con los estereotipos y las injusticias».
Prohibida en Utah
Oficialmente, la poligamia está prohibida en Utah desde hace 150 años. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días renunció a la práctica, pero varias sectas y ramificaciones mormonas (como Iglesia Apostólica Unida de Brethen, a la que pertenecen Kody Brown y sus esposas) la han seguido practicando de una manera más o menos abierta. Desde el 2001, cuando estalló el caso del polígamo Tom Green, acusado de violar a una de sus ‘esposas’ de 13 años de edad, las autoridades locales han sido sin embargo mucho más implacables.
Curiosamente, el tirón de series como ‘Big Love’ (con Bill Paxton al frente de un matrimonio ‘plural’ de tres esposas) o la propia ‘Sister Wives’ han despertado al mismo tiempo la curiosidad por parte de la cultura popular norteamericana. Algunos polígamos equiparan su lucha con la de los matrimonios gays, y en los últimos años han surgido un aluvión de sitios web reclamando la aceptación social.
La telegenia de Kody Brown -que trabaja como ejecutivo en una empresa de publicidad- ha servido sin duda para lavar la leyenda negra la poligamia, hasta hace poco identificada con los abusos sexuales y el incesto. «Al fin y al cabo, yo no he hecho nada ilegal y sólo estoy casado por lo civil con Meri, mi primera esposa», sostiene Kody. «Christine, Janelle y Robyn son ‘hermanas esposas’ que han consentido formar parte de nuestra familia».
La primera entrega de ‘Sister Wives’ culmina precisamente con la boda (religiosa) de Kody y Robyn, y con los celos y rencores que la nueva incorporación trae al trío previo de esposas, sobre todo en Christine, que jamás perdonará a su marido por haber decidido -sin consultar con ella- cuál será el traje que lucirá en su gran día la cuarta agraciada.