Por Manuel Hernández Villeta
manuel hernandez villetaLa Junta Central Electoral es un organismo que luce acorralado por sus propios demonios. No hay autoridad, la impertinencia y la falta de respeto cunden entre los jueces, y además, se corre el riesgo de meterse en costosos planes y programas.
Los jueces de la JCE tienen que ponerse de acuerdo o renunciar o ser expulsados. Un organismo de tanta importancia como este, no puede estar en un cuadrilatero de boxeo, donde impera la voz del que más grita.
El presidente de la Junta ha hecho un buen trabajo, pero tiene autoridad limitada, la posición de uno o dos jueces lo acorrala, y a duras penas puede sacar la cabeza en algunos aspectos.
Los integrantes de un organismo colegiado pueden tener diferencias, pero no ser un ente de disociación y enfrentamientos sin sentido. Si estos jueces no se ponen de acuerdo, habrá que sacarlos a todos, y buscar nuevos.
Por lo pronto, hacemos un llamado a la Junta Central Electoral para que suspenda los trabajos  en torno a crear una nueva cédula de identidad personal. No hay recursos ni seguridad para que se lleve a cabo esa tarea.
La cédula actual es segura, talvez con una plataforma anticuada en algunos aspectos, pero en la situación económica que tiene el país, no se justifica invertir tantos millones de pesos para crear una nueva cédula.
Por lo tanto, en medio de ese temblor de tierra que amenaza con destruirla, la Junta Central Electoral no se puede meter en una inversión económica que está por encima de su presupuesto y hasta de la preparación de las venideras elecciones.
Donde se tendría que invertir menos dinero, prácticamente nada, salvo uso de la burocracia, es en la facilitación de actas de nacimiento. Allí es que debe la JCE trabajar, para que todos los dominicanos tengan sus documentos legales a mano.
Con la actual cédula y registro civil, la Junta ha hecho un buen trabajo y tiene técnicos capacitados,  el momento entonces no es de abandonar esta plataforma, para caer en una nueva cédula.
Rechazo esa acción, y que se aplace, por lo menos hasta después de las venideras elecciones, cualquier cambio en la Cédula de Identidad. Lo prioritario para los jueces electorales, es ponerse de acuerdo entre sí.
Una institución dividida y al borde del precipicio, no puede estar organizando gastos millonarios que sobrepasan sus posibilidades de cubrimiento económico.