“Heey, son cincuenta…”. Esa es una de las tantas y sorpresivas “sentencias” que reciben a diario conductores de vehículos al hacer uso, y posteriormente marcharse, de los estacionamientos a la libre en aceras y calles de la capital, sin haber un preacuerdo o letrero que indique el precio por uso de esos espacios de dominio público.

El oficio de los “parqueadores” ante el caos vehicular y la falta de aparcamientos en los espacios urbanos se ha convertido en un “acoso” frecuente para quienes tienen que visitar zonas concurridas a gestionar servicios.

Entre las áreas donde mayormente se registra el fenómeno están los polígonos institucionales en el Centro de los Héroes, el gubernamental en el entorno de la Policía; el Central en Naco, la Zona Colonial, Villa Consuelo, la avenida Duarte, la José Martí y otros puntos.

La tarea es vista con animadversión, especialmente por la gente que va con urgencia a resolver alguna situación, y en ocasiones se convierte en motivo de conflictos hasta a mano armada entre los que ofrecen el servicio de ayudar a buscar un parqueo y quienes se resisten al cobro de su “servicio”.

Tarifas

El grueso de los que se dedican a esa labor regularmente no tienen tarifa fija, sino que se sujetan a lo que la gente les dé, desde RD$20, 25, 30, 50 y hasta 100 pesos si el parqueador está de suerte, señala el periódico El Día.

En otros casos, cuando el usuario hace uso de otras facilidades que brindan los parqueadores, como el que le laven el vehículo, podría tener un costo adicional entre 150 y 200 pesos, como además el que le agilicen una acta de nacimiento o algún documento para pasaporte, sí es en esa zona. Es frecuente, además, que el parqueador corteje a los usuarios con un paraguas si está lloviendo o colocándoles cartones a los cristales de su vehículo para protegerles del sol y así ser mejor gratificado.

Empero, el público no siempre se identifica con los parqueadores, otros lo asumen con naturalidad u optan por no pagarles el apoyo brindado.

“Eso deberían de regularlo, porque en ocasiones uno le paga más a un parqueador que cuando hace uso de un parqueo privado”, reaccionó Anyelina Almánzar, en el Centro de los Héroes.

Con más discreción el acoso también se da en ocasiones en estacionamientos privados de grandes centros comerciales, donde los vigilantes esperan alguna retribución.