El papa Francisco ha descrito la situación del conflicto Palestino-Israelí como “inaceptable” y pidió a ambos lados de tomar decisiones valientes para lograr la paz.
Estas declaraciones se dieron durante la visita de Francisco a la ciudad de Belén, en territorio palestino, donde se reunió con el líder de Autoridad Palestina, Mammouth Abbas y celebró una misa en la iglesia de la Natividad.
Además, el sumo pontífice hizo un llamado para la creación de un estado palestino junto a Israel.
“Invito a los líderes de esta región a que vengan al Vaticano para que recemos por la paz”, anotó Francisco.
“Invito a los líderes de esta región a que vengan al Vaticano para que recemos por la paz”, anotó Francisco.
Uno de los hechos más llamativos de la jornada sucedió cuando Francisco hizo detener el vehículo en los muro construidos alrededor de Cisjordania y se bajó para rezar por unos segundos.
Uno de los grafitis que estaban alrededor del lugar decía “Santo Padre, necesitamos que alguien reclame justicia”.
El papa continuará su jornada con una reunión de familias cristianas palestinas y después viajará a Jerusalén para encontrarse con el líder de la iglesia ortodoxa, Bartolomeo I.
Con refugiados sirios
El Papa había llegado este sábado a la capital de Jordania, donde fue recibido por líderes religiosos. Después se reunió con el rey Abdulá II y la reina Rania.
Posteriormente se dirigió al centro de la capital del país árabe donde celebró una misa. Durante la homilía extendió su mano hacia los musulmanes y envió un mensaje para la paz en la región.
“La paz no se puede comprar, no se vende”, manifestó ante miles de personas que lo escuchaban.
Y añadió que “esa paz un don que debemos construir mediante gestos grandes y pequeños en nuestra vida cotidiana”.
Después de la ceremonia se reunió con los refugiados del conflicto sirio, con quien tuvo palabras de ánimo y de aliento, recordando el gesto del gobierno jordano de recibirlos allí.
Un viaje especial
Este es un viaje bastante especial para Francisco. Es su primer viaje a Tierra Santa como pontífice. A Jerusalén, a una tierra que es santa no solo para los católicos, sino también para las otras dos grandes religiones monoteístas: el islam y los judíos.
El plan de Francisco es visitar además otros dos países en estos tres días: Los territorios palestinos e Israel, imponiendo de nuevo un ritmo en las visitas papales, que recuerda a los numerosos peregrinajes que hicieron en el pasado sus antecesores como Juan Pablo II y Pablo VI.
Y el ritmo también será trepidante: el Papa dará 13 discursos, todos en italiano, que serán traducidos en los cinco idiomas oficiales del Vaticano, inglés, francés, alemán, español y portugués. Además se incluirán las traducciones al árabe en las ciudades de Ammán y Belén y al hebreo en Jerusalén.
Uno de los pricipales retos de la visita de Francisco ha sido sortear las presiones de ambos bandos, el árabe y el judío. Pero el santo padre ha dicho en reiteradas ocasiones que este viaje es “estrictamente religioso”.