“Nunca vi devastación como esta”. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró impactado por los efectos de la ola de tornados que afectó al estado de Albamba.
En Tuscaloosa, Obama resaltó que su gobierno hará todo lo que sea posible ayudar en la reconstrucción de las comunidades del sur de su país.

“Vamos a asegurarnos de que no sean olvidados”, dijo Obama.
Al menos 318 personas han muerto, la mayoría en Alabama. Pero la devastación también afectó a Tennessee, Mississippi, Georgia y Virginia.
Además, siete estados declararon el estado de emergencia.
Bestia caprichosa
En Tuscaloosa, el tornado que atravesó la localidad fue como una bestia caprichosa.
Dejó verdaderamente destrozados unos barrios pero otros quedaron prácticamente intactos. Hasta arrasó docenas de casas en una calle en la que una pareja de viviendas permaneció intacta.
Entre las ruinas del tornado, los afortunados que lograron sobrevivir y cuyas casas quedaron intactas describen un panorama de emociones distinto de aquellos a los que no les quedó nada en pie.
“Es como la culpa del sobreviviente”, dijo Donny Selman, que se escondió bajo un colchón junto a su esposa embarazada mientras el tornado derribó árboles sobre casi cada casa de su cuadra, menos la suya.
“Me siento bendecido y agradecido, pero la pérdida de vidas fue enorme. Es casi como ¿por qué nosotros? ¿Por qué nos salvamos?”.
Chris Rhodes, estudiante de 22 años de la Universidad de Alabama, se ocultó con tres amigos en su baño mientras el torbellino pasó por su barrio.
Al otro lado de la calle, otros tres estudiantes murieron por la caída de un árbol sobre su casa.
“Todavía no sé qué pensar”, dijo en una pausa de su trabajo limpiando ramas y destrozos. “Sigo sin haber dormido bien. Estoy dándole vueltas a las circunstancias, a los ‘¿qué hubiera pasado si…?'”.
El viento derribó paredes y dejó a la vista de curiosos, trabajadores de emergencias y periodistas lo que antes era parte de la vida privada de los vecinos: dormitorios y baños, muebles y juguetes, la biblioteca de un estudiante o colecciones de música.
En un bloque de apartamentos, los detectores de humo anti-incendios seguían dando la alarma por un peligro que en realidad ya había pasado.
Mientras los supervivientes reunían sus pertenencias, los esfuerzos de búsqueda de víctimas continúan sin césar.
Encontrar a los muertos

El presidente Obama se mostró impactado por la devastación.
Tuscaloosa está virtualmente bajo un estado policial. Moverse en la zona del desastre está estrictamente prohibido para evitar pillajes (aunque no se ha denunciado ninguno) y para mantener las calles libres para los vehículos de emergencia.
El alcalde además impuso un toque de queda desde las 20:00 del viernes por la noche.
El viernes, la cifra de muertos en la ciudad era de 42. Además se registraron 900 heridos. Sin embargo, son números provisionales que se espera que crezcan.
“Nos estamos llevando los cadáveres de los perros hoy”, comenta Heather McCollum, asistente del alcalde de Tuscaloosa.
Casi dos días después de la tormenta, los voluntarios encontraron a una mujer con una parálisis cerebral entre los escombros de un bloque de apartamentos, aparentemente bien.
Un grupo de adolescentes de una iglesia, que había estado paseando por un vecindario ofreciendo comida y agua a los sobrevivientes, oyó perros ladrando en una casa abandonada. Liberaron una media docena de pit bulls.
Chris Nicholson, un ingeniero de 23 años, se ocultó con su prometido en el baño, ubicado en el centro de su pequeño departamento.
“Realmente no puedo describir cómo fue. No fue un grito, fue un rumor constante, como el motor de un avión”, dijo Nicholson.
Su casa permaneció sin demasiados daños. Pero tres personas en el bloque de viviendas todavía permanecían desaparecidas el viernes. “Somos unos de los más afortunados”.
El viernes, los residentes se mostraron desorientados caminando y manejando sus autos por las calles en las que llevan décadas viviendo.
La tormenta había aplastado todos los puntos de referencia, el consultorio del dentista, la tienda de piezas de automóviles, el club de los boy scout. Ahora todo son escombros.