Las víctimas son Noe Paterson y Aedemis Sonia, cuyos cadáveres fueron velados en una iglesia del sector capitalino de Bel Air, un feudo de partidarios del expresidente Jean-Bertrand Aristide, derrocado por una revuelta armada en 2004.
De hecho, durante el servicio religioso, donde los féretros fueron cubiertos con la bandera haitiana, se entonaron cánticos a favor de Aristide.
Las víctimas fallecieron, según dijeron a Efe allegados, el 13 de febrero durante una masiva y violenta protesta en la capital, en el marco de las manifestaciones que se llevaron a cabo entre el 7 y el 14 de este mes y que fueron retomadas este viernes.
Hasta el lugar se presentó André Michel, portavoz del sector Democrático y Popular, que promueve las protestas, quien dijo ayer jueves a Efe que espera que con la movilización de este viernes la “comunidad internacional entienda que con Moise el país no va a tener estabilidad política” y que facilite la puesta en marcha de una gobierno de transición para evitar la confrontación.
Tras el funeral, una multitud salió con los féretros por las calles de Bel Air y tras el paso de los mismos empezaron a bloquear las calles y arrojar piedras a los vehículos que intentaban atravesar el sector, mientras se escucharon dos disparos al aire de procedencia desconocida.
Uno de los fallecidos fue trasladado hasta el cementerio para ser sepultado, pero el otro fue llevado por manifestantes en su camino a la sede del Palacio Nacional, donde se encontraron de frente con la Policía, que le dispersó con bombas lacrimógenas, a lo que ellos respondieron con piedras.
Uno de los que llevaba el féretro resultó herido por balas de goma, según comprobó Efe, mientras que una ambulancia llegó hasta el lugar y se llegó el ataúd.
Las manifestaciones, que han aumentado la inseguridad en Haití, el país más pobre de América, y han provocado un clima de incertidumbre, se producen en medio de una severa crisis económica, que se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde, la moneda oficial, y una inflación galopante.
En sus protestas, los manifestantes también exigen justicia en las supuestas irregularidades en el programa Petrocaribe.
Una auditoría presentada la semana pasada por el Tribunal de Cuentas reveló irregularidades entre 2008 y 2016 en este programa y señaló a quince exministros y actuales funcionarios que están involucrados en este caso, así como una empresa que dirigía Moise antes de llegar a la Presidencia.