ARNAIZSANTIAGO, RD.- El obispo emérito de Santo Domingo murió a la 1:35 de la tarde de ayer mientras reposaba en la casa No. 3 de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

Monseñor Francisco José Arnaiz Zarandona, obispo emérito de Santo Domingo, falleció la tarde de ayer viernes, tras padecer quebrantos de salud que desde el mes de diciembre obligaron a internarlo para brindarle atenciones médicas.

El deceso de Arnaiz, quien el próximo nueve de marzo cumpliría 89 años de edad, se produjo a la 1:35 de la tarde, mientras se encontraba reposando en la casa número tres del campus de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), donde llevaba seis meses alojado.

Al momento de su muerte, junto al sacerdote jesuita de nacionalidad española se encontraba una enfermera de cabecera y dos empleados de la universidad.
Hospitalización

El pasado 26 de diciembre, cuando el religioso fue internado en el Hospital Metropolitano de Santiago (Homs), el cuadro presentado era de insuficiencia renal, descompensación metabólica caracterizada por una hiperglicemia, asociada a un cuadro de bronconeumonía que lo mantuvo en una situación delicada.

Tras permanecer durante 21 días en el centro de salud, bajo los cuidados el galeno Manuel Lora Perelló, monseñor Arnaiz fue dado de alta el 16 de enero.

El seis de enero de este año cumplió las bodas de plata de ser ordenado obispo por el entonces Papa, Juan Pablo II, en 1989.

En una breve biografía, José Chez Cgheco nos dice que Arnaiz, sacerdote jesuita (S.J.) aunque nació el 9 de marzo de 1925 en Bilbao (España), es tenido como de los hijos más preclaros de República Dominicana, país al que arribó en 1961.

Durante 50 años fue un ejemplo de sacerdote, maestro, pastor, intelectual, escritor, orientador.

Ingresó a la Compañía de Jesús el 30 de mayo de 1941, es decir, que de sus 85 años de edad 69, un poco más del 81%, ha pertenecido y servido con entusiasmo y lealtad a la institución que fundara San Ignacio de Loyola.

Como buen hijo ignaciano adquirió una sólida formación intelectual y académica habiendo obtenido los títulos de: Licenciatura en Humanidades (La Habana, Cuba); Licenciatura en Filosofía (Pontificia Universidad de Comillas, España); Doctorado en Teología (Universidad Gregoriana, Roma), y Especialización en Psicología y Psiquiatría y en Espiritualidad Ignaciana. También una licenciatura en humanidades clásicas.

Fue profesor y rector de la facultad de letras de los jesuitas en Cuba, en el 1959. Durante 37 años fue profesor de teología en el seminario Santo Tomás de Aquino, y su rector por 14 años.

Impartió docencia a nivel secundario y preuniversitario en humanidades clásicas, retórica, latín y griego, literatura universal, literatura latinoamericana, arte, física, química y mineralogía.

El obispo emérito de Santo Domingo Francisco José Arnaiz enseñó teología sistemática (Trinidad, Cristología, Tratado de Gracia, escatología, mariología), antropología física y cultural, historia de la Iglesia, psiquiatría y psicología clínica, sociología, Doctrina Social de la Iglesia y Pastoral.

El presidente Danilo Medina lamentó el fallecimiento de monseñor Arnaiz. En una comunicación enviada al cardenal Nicolás de Jesú López Rodríguez, en su calidad de Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, el mandatario expresó su profunda tristeza por la muerte del religioso. En la misiva, Medina hace extensivo su pesar a la comunidad de la Compañía de Jesús en el país, a la que consagró su apostolado el servidor de Dios.

El cuerpo de Arnaiz se expuso desde anoche hasta las 10:00 en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, de Santo Domingo. El acto del velatorio será hoy en horario de 9 a 4 de la tarde en la Parroquia Santísima Trinidad de la Madre y Maestra, campus Santo Tomás de Aquino, en Santo Domingo. A las 11 de la mañana se realizará una misa de cuerpo presente presidida por monseñor Agripino Núñez Collado.

A las 10:00 de la mañana será trasladado a Manresa Loyola, ubicada en el kilometro 12 de Haina, donde luego de una misa de cuerpo presente sus restos serán sepultados en el cementerio privado de los sacerdotes Jesuitas.