La 34 edición del Maratón de Chicago será muy recordado en el futuro por muchísimas cosas, tanto buenas como malas.
En lo puramente deportivo, fue brillante ya que el keniata Moses Mosop impuso un nuevo récord de la prueba al parar el reloj en 2:05:37. Mientras que la rusa Liliya Shobukhova se convertía en la primera mujer en ganar la carrera por tercera vez consecutiva y además ganarse un boleto para representar a su país en los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Pero en el apartado humano, entre los miles y miles de corredores anónimos que corren el Maratón todos los años, también tuvo un impacto muy fuerte e inolvidable.
Inolvidable para Amber Miller, una corredora embarazada de 39 semanas que dio a luz nada más terminar el Maratón de Chicago el pasado domingo.
“Conseguí el permiso de mi doctor para correr la mitad del maratón con mi marido apoyándome por el camino”, dijo Miller al Canal-9 WGN desde su cama en el Hospital Central de DuPage. “Corrí la mitad y anduve la otra mitad, y así terminé la carrera”.
Miller corrió y anduvo incluso sintiendo contracciones y patadas de su pequeña, a la que le puso como nombre June.
William Caviness, un bombero de 35 años, perdió la vida mientras corría el Maratón de Chicago. FACEBOOK
No menos inolvidable pero trágico, fue la muerte del bombero de North Carolina, William Caviness, un experimentado corredor de maratones que a sus 35 años encontró la muerte en Chicago en plena prueba.
Caviness estaba corriendo para recaudar fondos para las víctimas de quemaduras cuando se desvaneció a 500 yardas de la línea de meta. Después de ser trasladado al hospital fue declarado muerto.
Las causas de la muerte de Caviness todavía no fueron reveladas a la espera de hacer la autopsia. Tenía dos hijos de corta edad.
Esta muerte represente la primera en el Maratón de Chicago desde 2007, pero la sexta desde 1998, según los archivos del Chicago Tribune.