CHILE.- El cantante chileno Antonio Prieto, uno de los iconos de la música melódica latinoamericana durante varias décadas y que inmortalizara el bolero “La Novia”, murió anoche, a los 85 años, en una clínica de Santiago, informó hoy su familia.

“Estaba en su última etapa, en la que todos sus órganos comenzaron a presentar problemas”, dijo a los periodistas Guillermo Prieto, nieto del artista, que precisó que tuvo un fallo en el corazón que no pudo superar.

Agregó que el cantante, considerado un competidor del también chileno Lucho Gatica, aunque fueron amigos, ocurrió a las 21:45 horas (01:45 GMT ) y que será sepultado en la ciudad de Viña del Mar, en la que vivía desde su retirada de los escenarios.

Nacido el 26 de mayo de 1926 en la ciudad de Iquique, Juan Antonio Espinoza Prieto, como se llamaba realmente el cantante, estaba aquejado de Alzheimer, por lo que en los últimos años se mantuvo alejado de la actividad pública.

Poseedor de una voz caracterizada por su versatilidad, según los críticos, fue un destacado intérprete de boleros y baladas desde finales de la década de los años 40. También ganó fama como “showman” y actor de cine, con participaciones en una treintena de películas, la mayor parte de ellas realizadas en España.

Prieto se hizo conocido en 1949, cuando participó en el programa concurso “La Feria de los Deseos”, que conducía Raúl Matas en la Radio Minería, que ganó con la canción “Tú, ¿dónde estás?”.

Pronto cosechó fama internacional como intérprete de famosos boleros, entre ellos “La barca” y “El reloj”, del compositor mexicano Roberto Cantoral, y en total llegó a grabar más de un millar de canciones.

Pero fue su hermano, Joaquín Prieto, quien compuso para él una serie de canciones que lo llevaron a la consagración definitiva, entre ellas “La Novia” (1961), que se popularizó en todo el continente y fue llevada al cine, en Argentina, dirigida por Ernesto Arancibia.

Otras canciones de Joaquín Prieto que consolidaron la fama de su hermano fueron “Martín tenía un violín”, “Cómprate un tambor”, “Chuquicamata” y “Huija”, esta última una suerte de autobiografía hecha canción.