Cuando la gente se refiere a ella lo hace con grandeza, respeto y eso aún la sorprende, confesó la propia artista mientras era entrevistada por Anabell Alberto.
En otros temas, Milly dijo que nunca se avergüenza de decir que es creyente y que su fuerza para seguir se la da Dios.
Ella señaló que la pasión que siente al subir a cualquier escenario es movida por Dios y que en su vida ha pasado por momentos fuertes de depresión y soledad.
Cuando está en Santo Domingo, agregó, visita la iglesia Más Que Vencedores y reveló que fue bautizada en la iglesia cristiana.
Con relación a la música, relató que intentó hace muchos años atrás ser baladista y salsera, pero que lo suyo definitivamente es el merengue. Como mujer, madre, cantante, sostuvo que “todos los artistas deben involucrarse, hacerse eco de lo que sucede a nivel social, aportar con lo que sabe hacer, denunciar, gritar a través de canciones; eso también es una forma de llamar la atención de ese lastre negativo como es el feminicidio”.
Milly le confesó a Anabell que su retiro sería como en diez años, pero cuando lo haga quiere que sea con dignidad. No le gusta “jugar al gato y al ratón” y decir que se va y luego regresar.
“Como ser humano uno debe respetarse a sí mismo y al público”, manifestó