MEXICO.- Hace cinco años, el norteño estado de Coahuila fue escenario de uno de los más dramáticos episodios de la minería mexicana, cuando 65 trabajadores murieron atrapados en la explotación de carbón de Pasta de Conchos.
Este martes se vivió otra jornada negra en la que es una de las principales regiones carboníferas del país.
Al menos 3 mineros murieron en un pozo del municipio de Sabinas, luego de una explosión de gas que también hirió de gravedad a un joven de 15 años que operaba desde el exterior de la excavación, de acuerdo a las autoridades mexicanas.
Otros 11 siguen atrapados desde primera hora de la mañana, pero nada se sabe sobre su fortuna, ya que aún no pudo establecerse comunicación con ellos.
“Velamos, oramos, desde luego, porque estén ellos con vida. (…) Y estamos trabajando desde ahora, por hacer todo lo posible, lo que esté a nuestro alcance, por su rescate”, dijo el presidente mexicano, Felipe Calderón.
Según el gobierno, un equipo de expertos chilenos llegará el miércoles para apoyar en las labores de rescate, aunque reconoce que el pronóstico “es malo”.
El rescate se comenzó en la tarde, después de que no se detectara gas metano en el pozo accidentado. Expertos de la compañía Altos Hornos de México ya descendieron a medir las condiciones de ventilación y comenzar a sacar a los mineros.
Mientras, miembros de la policía municipal, bomberos, Protección Civil y Cruz Roja se encuentran ya junto a la explotación, de 60 metros de profundidad.
Investigación
Por su parte, la Procuraduría (Fiscalía) General de la República anunció que investigará a los posibles responsables del accidente en este pozo, propiedad de la empresa minera Binsa.
Según el secretario de Trabajo mexicano, Javier Lozano, se detectaron varias irregularidades en la manera en que la compañía opera desde hace apenas 20 días el pozo.
“(Hay una) doble falta del dueño de esta “mina”: tener a un menor de edad trabajando aquí y no darlo de alta en el seguro social”, dijo Lozano desde el lugar del accidente en referencia al trabajador herido en el exterior, que perdió un brazo en el accidente.
BBC Mundo intentó contactar sin éxito a un representante de Binsa para conocer su postura al respecto.
Un mal recuerdo
En 2006, las autoridades consideraron que, después de cinco días sin poder salir, para los mineros de Pasta de Conchos ya “no existían posibilidades de vida”.
Y la empresa Grupo México, responsable de la explotación de aquella mina, sigue sosteniendo desde entonces que aquella explosión de gas mató “casi instantáneamente a técnicos y trabajadores”.
Pero el suceso se convirtió en uno de los grandes reproches a la gestión del gobierno de Vicente Fox y a la compañía. Y para los familiares de aquellos mineros, el presidente no hizo lo suficiente para asistir a sus mineros.
La herida volvió a sangrar cuando en octubre de 2010, millones de mexicanos siguieron por televisión el exitoso rescate de los 33 chilenos atrapados en la mina de San José.
Esta misma semana, la organización Familia Pasta de Conchos, que agrupa a los afectados por aquel accidente, pidió que se declarara a esos 65 mineros como “mártires del trabajo”.
Igual que esos familiares, grupos de derechos humanos mexicanos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sostienen que la industria minera aún está “en deuda” con los trabajadores que han muerto en accidentes laborales.
Ahora, en México sólo esperan que el futuro de los atrapados de Sabinas pueda ser el mismo que el de los chilenos de Atacama. Aunque temen que estos se acaben sumando a la lista de sus “mineros mártires”.