Por Arismendi Díaz Santana
La mujer es la principal protagonista en el cuidado de la salud familiar. En todos los países y culturas, desempeña un rol fundamental en los programas preventivos y en las decisiones sobre el acceso a la atención médica.
Por razones biológicas, demanda más de un 75% de servicios de salud que el sexo masculino, con un aumenta durante el embarazo, mientras como norma general, los hombres nos mantenemos alejados de los consultorios, decayendo luego durante la vejez.
Pero el rol de la mujer en la salud es mayor aún. Como madre, es la principal responsable de velar por la salud y el crecimiento de los hijos. Y como esposa, es quien induce al hombre a la consulta médica.
La Ley de Seguridad Social reconoce este rol estelar, al privilegiar la educación, prevención y promoción de la salud, y al establecer un plan básico de salud orientado a la familia, como el núcleo básico de la sociedad dominicana.
En ese aspecto hay que reconocer los avances obtenidos. En el Seguro Familiar de Salud (SFS), la mujer representa el 45.2% de los titulares y el 51.4% de los dependientes. Pero en pensiones su participación aún es insuficiente.
No obstante, existe una alta tasa de embarazos a temprana edad. Según INTEC, “El 22.3% de los nacimientos entre el 2010-2015 fueron de madres entre los 15 a 19 años, colocando a República Dominicana un 34% sobre el promedio de la región de América Latina y el Caribe”.
Persistencia de barreras y discriminaciones
Las mujeres todavía enfrentan barreras que limitan su bienestar. Las deficiencias del sistema de salud determinan la persistencia de una alarmante tasa de morbimortalidad, impropia de un país con un elevado crecimiento económico.
Otro lastre es la negación de su derecho al aborto terapéutico cuando peligra la vida de la mujer, en los casos de violación y mal formación del feto. A pesar de que en la gran mayoría de los países han reconocido este derecho, aquí todavía son víctimas del atraso y de los prejuicios religiosos.
En adición, el retraso en la afiliación de los trabajadores por cuenta propia, limita su protección social. La mujer dominicana representa el 55% de este importante segmento laboral y dirige alrededor del 40% de las microempresas del país.
El Centro de Estudios de Género del INTEC, considera “que se requieren esfuerzos más efectivos y enérgicos para avanzar hacia la igualdad, sobre todo en la defensa de los derechos de las mujeres, tales como la paridad en la participación política, el derecho a una vida libre de violencia, a la salud sexual y reproductiva, la educación integral en sexualidad, así como el derecho al empleo en igualdad de condiciones y a la no discriminación en materia salarial”.
Comparto los planteamientos de INTEC ya que, a pesar de los avances en la afiliación femenina al SFS, su participación está limitada por los bajos salarios, la desprotección de los trabajadores por cuenta propia y la penalización del aborto terapéutico. Hace falta una política integral para enfrentar con mayor decisión la violencia contra la mujer, la mortalidad materna, los embarazos prematuros, y las pensiones insuficientes.