El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania aseguró que los aliados en Libia no tienen como objetivo matar a Muammar Gaddafi, en una operación como la llevada a cabo contra el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Pero Estados Unidos no descarta que el líder libio muera en un ataque de la coalición. Algunos expertos, a su vez, sostienen que otros países que participan en la guerra tienen interés económico en una Libia débil.

En una entrevista para el diario alemán Bild am Sonntag, el canciller de Alemania, Guido Westerwelle, comentó también que la decisión de procesar a Gaddafi a través de la Corte Penal Internacional es “la mejor vía de desarrollo” para el conflicto y subrayó que las fuerzas internacionales no buscan la muerte del líder libio.

Sin embargo, la opinión de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, no coincide exactamente con la del canciller alemán. El pasado viernes, 6 de mayo, Clinton dijo en la televisión italiana que existe cierta posibilidad de que Gaddafi sea “víctima de la violencia que él mismo desencadenó”, ya que las fuerzas internacionales tienen como blancos legales algunos objetivos militares controlados por él y sus familiares. No obstante, también reiteró que EE. UU. está a favor de buscar una solución pacífica para el conflicto.

También ven el diálogo como salida los representantes de unas 800 tribus de Libia que se reunieron el viernes y pidieron una “amnistía general” para todos los involucrados en la guerra.

Mientras tanto, las fuerzas leales a Gaddafi han emprendido un nuevo ataque contra la ciudad de Misurata, que está en manos de los rebeldes. Según los medios, este domingo 7 de mayo, bombas de racimo cayeron sobre el único bastión de los opositores en el oeste del país, donde también se registró un incendio en varios depósitos de petróleo.

Apoderarse del ‘oro negro’ y de otros recursos de Libia puede ser uno de los objetivos de la operación internacional en el país árabe, según algunos expertos, entre ellos el analista geopolítico Mahdi Darius Nazemroaya. Libia era el “pilar financiero de África” antes del guerra y “los bancos libios se encontraban en la lista de los mayores inversores del mundo”, sostiene Nazemroaya, criticando a los países que congelaron las cuentas de Gaddafi y anunciaron la creación de un fondo especial para el apoyo del Consejo Nacional de Transición empleando esos recursos congelados.

De acuerdo con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, si una de las partes del conflicto recibe apoyo financiero desde el exterior, la violencia en el país puede aumentar.