Al menos 80 personas murieron este viernes en el noroeste de Pakistán en un doble atentado con bomba contra un centro de entrenamiento paramilitar, informó la policía local.
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Un portavoz del Talibán paquistaní dijo que se trató de un ataque para vengar la muerte del líder de al-Qaeda.

El atentado fue contra nuevos cadetes de un cuerpo tribal paramilitar que combate al Talibán en el norte de Pakistán.
“Esta fue la primera venganza por el martirio de Osama. Esperen por ataques más grandes en Pakistán y Afganistán”, dijo a dos agencias de noticias Ehsanullah Ehsan desde un lugar desconocido.
Según medios locales que citan a funcionarios de la localidad de Shabqadar, donde ocurrieron las explosiones, se trató de atentados suicidas dirigidos contra el Cuerpo de Frontera, un grupo paramilitar integrado por miembros de tribus de la región fronteriza con Afganistán, seleccionados para combatir al grupo Talibán.
Algunos portavoces de las autoridades locales indicaron que la mayoría de las víctimas son reclutas que estaban en entrenamiento y advierten que el número de muertos podría ser mucho mayor, dada la devastación causada por los explosivos y la cantidad de heridos graves que dejaron las detonaciones.
Unas 120 personas heridas fueron llevadas a un hospital en Peshawar y se cree que unas 40 están graves.
Las autoridades paquistaníes responsabilizan al Talibán por la muerte de 4.300 personas en actos extremistas en los últimos tres años en todo el país.
Subiendo a autobuses
Se trata de ataque más sangriento desde que fuerzas especiales de EE.UU. dieron muerte al líder fundador de al-Qaeda, Osama bin Laden, en la ciudad de Abbottabad el pasado 2 de mayo.
“Escuché a alguien gritar ‘Allahu Akbar’ (Dios en grande) y luego vino la poderosa explosión. Algo me golpeó en la parte trasera de mi hombro”
Ahmad Ali, uno de los cadetes heridos.
Grupos militantes habían juraron venganza tras la muerte del jefe de esa red islamista.
El corresponsal de la BBC en Islamabad, Aleem Maqbool, informó que el ataque ocurrió cuando los nuevos cadetes del grupo paramilitar tribal ingresaban a varios autobuses para tomarse algunos días libres tras el entrenamiento.
“Estaba sentado en una van esperando por mis colegas”, dijo uno de los reclutas a la agencia AFP. “Estábamos vestidos de civil y felices porque íbamos a ver a nuestras familias”, agregó Ahmad Ali, quien resultó herido.
“Escuché a alguien gritar ‘Allahu Akbar’ (Dios en grande) y luego vino la poderosa explosión. Algo me golpeó en la parte trasera de mi hombro”.
“Poco después escuché otra explosión y salí rápido de la camioneta. Me di cuenta que estaba herido y sangrando”.
Este atentado es el más mortífero desde el ocurrido el pasado mes de noviembre cuando un atacante suicida detonó una bomba matando a 72 personas dentro de una mezquita ubicada en el distrito de Darra Adam Khel, en el noroeste de Pakistán.
Shabqabar está muy cerca de la frontera con Afganistán y a unos 35 kilómetros de la ciudad paquistaní de Peshawar, ubicada en el noroeste.