SANTO DOMINGO, RD– El vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) resaltó, como un activo de alto valor en su gestión, el clima de confianza que se ha creado en el sector para que las inversiones comiencen a fluir y funcione un nuevo esquema gerencial en las empresas distribuidoras de electricidad.

 

El licenciado Celso Marranzini se pronunció en esos términos al revelar que –fruto de la confianza – “inversionistas importantes” están en una etapa de cierre de contrato para instalar 400 megas que estarán disponibles en los próximos 14 meses, una operación sobre la que no ofreció mayores detalles por razones estratégicas del propio Estado.

 

Al comparecer como orador al Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio, Marranzini dijo que el mismo plazo se sumarán 108 megas a gas de Seaboard sin ninguna garantía del Estado dominicano.

 

“La confianza ha sido de tal magnitud que una empresa como Barrick –que había adquirido dos plantas generadoras para sus operaciones- ha decidido mantenerlas en el Sistema Nacional Eléctrico Interconectado, algo que era impensable meses atrás”, expuso Marranzini.

 

El funcionario subrayó que, tal y como manifestó el embajador de Estados Unidos en el país en el mismo escenario –señor Raúl Yzaguirre- las reglas del juego claras en el sector eléctrico, el cumplimiento de los contratos, los procesos legales, justos y transparentes, son importantes para el negocio.

 

“No puedo estar más de acuerdo con el Señor Embajador y quiero enfatizar que las reglas claras y el cumplimiento de los contratos mantienen la equidad en la competencia y dan una señal inequívoca de que se respetan los deberes y los derechos. Así ha sido desde nuestra llegada y eso ha permitido a las empresas generadoras mejorar sus calificaciones de riesgo,  sus flujos de caja, repartir dividendos y hacer nuevas inversiones”, proclamó Marranzini.

 

En otro orden, el vicepresidente ejecutivo de la CDEEE informó que el saneamiento de las empresas distribuidoras de electricidad –a las que definió como “pacientes que ya pueden comenzar a caminar”- ha sido arduo y ha requerido más esfuerzo del que imaginó cuando asumió el puesto en agosto de 2009.

 

En ese contexto, señaló que crear una cultura de transparencia en las EDES ha implicado corregir datas distorsionadas para hacerlas creíbles, controlar los accesos indiscriminados a los sistemas de información, como en el caso de Edesur, donde 1000 perfiles tenían libertad para acceder a la base de datos.

 

“Hemos hallado de todo, hasta deudas falsas o inventadas, que se mantenían en los registros con el propósito de mantener un Índice de Recuperación de Efectivo (CRI), que no era más que un espejismo y una manera de justificar el estado mafioso que desmoronamos, aunque nos ha costado un enorme esfuerzo”, sostuvo.

 

Indicó que, una vez ejecutado el proceso de limpieza interna, ya las empresas distribuidoras de electricidad tienen identificado el camino de la eficiencia a seguir y comienzan acciones concretas como la inversión en mejoramiento de redes para reducir pèrdidas, que se ejecuta actualmente con una primera inversión superior a los RD$6,000 millones, un trabajo que ya refleja su impacto positivo en las comunidades.

 

Paralelamente, destacó que el decidido enfrentamiento al fraude eléctrico empieza a generar apoyo en la población, en los medios de comunicación en las redes sociales, con el llamado a que todos paguen la energía que consumen para garantizar un servicio continuo.

 

Informó que en los últimos dos años unas 7,000 personas han sido llevadas a la justicia, de acuerdo con las estadísticas de la Procuraduría General Adjunta para el Sistema Eléctrico (PGASE), incluyendo algunos casos emblemáticos, por violación a la Ley 125-01.

 

“Solamente en el período enero-abril las empresas distribuidoras de electricidad han recuperado más de RD$250 millones como resultado del ataque frontal al fraude, mientras que cientos de casos están en proceso en la Superintendencia de Electricidad, que pudieran duplicar el monto. Si tomamos las cifras de 2010, la recuperación de energía robada asciende a más de RD$600 millones”, explicó Marranzini.

 

Al enfatizar que en el sector eléctrico hay cambios comprobables, indicó que todavía falta mucho esfuerzo, por lo que hizo un llamado a la Iglesia, la sociedad civil, empresarios y políticos a sumarse a la solución, “porque la luz que todos queremos está en manos de todos nosotros.”