Por Marino Ramírez Grullón

Como es de esperarse una decena de precandidatos presidenciales están casi de lanzarse al ruedo dentro del gobernante Partido de la Liberación Dominicana –PLD-.

Dentro de estos están aparentemente Danilo Medina quien aunque la Constitución lo prohíbe tiene un círculo alrededor que sueña a que aspire de nuevo previo otra modificación de la Carta Magna, y el doctor Leonel Fernández que aunque no lo admita está realizando campaña en busca de ser candidato por la organización morada.

Ahí les siguen todos los que siendo funcionarios aspiren a la candidatura presidencial con la supuesta anuencia de Danilo pero con el temor de que sólo se les permita hacer pininos en espera de mejor suerte para el futuro.

De todos estos el doctor Francisco Domínguez Brito, quien ya renunció a su puesto es el que merece mejor crédito pues al menos no utilizará los recursos del Estado para hacer campaña electoral.

Admito que ese es un punto sobresaliente de Domínguez Brito quien al renunciar a su puesto demuestra honorabilidad y criterios al momento de lanzar su campaña fuera de los ámbitos administrativos oficiales.

Uno de los mayores méritos que para mí tiene el Presidente Danilo Medina fue que renunció en su momento a la Secretaría Administrativa de la Presidencia para trabajar en espera de su turno que al fin llegó en el Palacio Nacional.

El funcionario que crea que hará campaña presidencial desde una institución del Estado y competir con su propio jefe administrativo corre la suerte de ponerse de mojiganga.

La historia política electoral así lo dice y sólo recordar el gobierno de Hipólito Mejía y sus competentes internos, y la de Danilo Medina con sus oponentes internos en el 2015.

En fin, podría apostar que la candidatura del PLD podría recaer en manos de Danilo Medina si se decide a jugársela buscando otra cuestionada modificación constitucional o en Leonel Fernández candidato natural del PLD para el 2020.

Así las cosas los demás aspirantes sólo si asumen el papel de Domínguez Brito pueden realizar un proceso honorable, de lo contrario sólo gastarán recursos del erario lo que les quedará en el pedigrí luego y para los fines de lugar.