Cuando terminó la temporada, muchos especulaban sobre quién se iría de los Marlins, Ozzie Guillén o Heath Bell. Al final se fueron los dos y el equipo se apresta a inaugurar una nueva etapa sin el polémico mánager venezolano, quien tuvo pocos días de respiro tanto dentro como fuera del terreno de juego.

La decisión se tomó este martes en Nueva York, donde se encuentra reunido el alto mando de la organización para su encuentro anual de balance de la temporada concluido y proyecciones para la venidera. Se espera que junto con Guillén sean despedidos algunos de sus coaches.

Desde sus controversiales declaraciones sobre Fidel Castro a la revista TIME en la pretemporada hasta el fracaso de un equipo que finalizó último en su división, a pesar de un gasta nunca antes visto de $190 millones en el invierno para asegurar los servicios de varios agentes libres, Guillén nunca pudo duplicar la magia que le llevó a ganar una Serie Mundial con los Medias Blancas.

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