Que una resolución del Ayuntamiento aquí no tiene valor y para muestra este botón. El pasado 20 de enero la sala capitular aprobó una resolución que prohíbe el parqueo paralelo a todo lo largo de la calle Duarte. Esto debia entrar en vigencia en 15 días, ya van más de 20, y no se sabe cuando entrará en vigencia, porque en la misma sesión donde se aprobó la resolución el alcalde, Luis Pavolo, se comprometía a colocar las señales en las paradas y hacer una campaña para que el pueblo conozca la disposición, sin embargo no se ha iniciado esto y ahora nos preguntamos que esperar de las autoridades si no cumplen ni sus propias leyes. Como podrían aplicar sanciones a los ciudadanos si ellos no están cumpliendo.
Que si nadie cumple lo que se aprueba para qué sirven los regidores, a quienes parece además no molestarle que lo que aprueban se quede en papeles y nunca se aplique.
Que mientras el alcalde piensa lo que va a hacer en Duarte sigue el caos en el transito y la población demanda que se enfrente esto cuanto antes y hay quienes temen que pase lo mismo que en la pasada gestión, que se anunció con bombos y platillos una resolución parecida, pero quedó ahí en anuncio.
Que el pleito sigue casado entre el alcalde y los regidores, esta vez se retraso el pago en el ayuntamiento, porque el Presidente de la sala capitular, Francisco Reyes, se negaba a firmar el pago, porque Luis Pavolo había cancelado varios de los empleados que trabajan en la oficina del Concejo de Regidores, pero esa acción se le dio para atrás y el presidente firmó para que el día cinco pudieran cobrar los servidores del cabildo.
Que la campaña por la reelección del Presidente Fernández viene con fuerza en Villa Altagracia, asi lo adelanto Frank Matos, al conversar con periodistas, antes de inaugurar la remodelación de la cancha y el club del Invi
Que este domingo comenzó a calentar el carnaval de Villa y esto es bueno y hay que apoyarlo, porque si otros tienen su carnaval, porque aquí no puede haber una buena celebración. Saludamos el esfuerzo que hace Joel J, junto a un grupo de hombres y mujeres preocupados porque su pueblo tenga lo mejor.