El mandatario fue encontrado muerto en su residencia a las afueras de Puerto Príncipe, la capital de Haití, el pasado 7 de julio, después de que un grupo de hombres fuertemente armados asaltara la vivienda de madrugada.
Su esposa, Martine, resultó herida en el atentado y fue trasladada a un hospital de Miami, en Estados Unidos, donde se recupera.
De inmediato, las autoridades haitianas lanzaron una persecución contra el grupo que presuntamente perpetró el magnicidio.