Ismael BatistaPOR ISMAEL BATISTA

 

Desde la fundación de la republica en febrero de 1844 presupuestos nacionales insuficientes  han marcado la vida económica, política y soberana de la nación. Para tener una percepción del impacto de la economía en el quehacer político social de la Republica Dominicana desde un contexto histórico hay que retrotraerse  a los albores de la fundación del Estado  dominicano.

 

La emisión de papel moneda sin valores de respaldo y los créditos internacionales ha sido la conducta en el orden financiero  de los presidentes de más relevancia histórica en el acontecer económico principal de la republica, derivando ello, en desafortunadas  consecuencias para la integridad territorial, estabilidad social y política de la nación.

 

El primer presidente de la republica, designado por la Junta Gobernativa, General Pedro Santana, fue el precursor de las emisiones de papel moneda en la recién constituida republica. Desde su primer periodo presidencial hizo galas de las mismas sin percibir que los resultados de esas política monetarias erradas  en el orden social y político lo obligarían a renunciar a su puesto de presidente en dos ocasiones, 1848 y 1856.

 

Sin embargo, las renuncias, obligadas por la precaria situación económica  del país de Pedro santana a la presidencia de la republica, en nada cambiarían la difícil situación económica del país, pues, la misma progreso en tales proporciones que fue una de las consecuencias  que provocaron la anexión a España, ejecutada por Santana en su último periodo presidencial

 

En la debacle económica de la nación en orden cronológico a Pedro Santana le sucederán Buena ventura Báez y Ulises Hereaux. Ambos, no solo continuaran la política monetaria errada de su antecesor, sino que comprometerán el crédito del país a un extremo que sellaran en el futuro de las finanzas de la republica a un nivel de comprometer la soberanía nacional. En efecto, el primero concertó, con una compañía de capitalistas ingleses el famoso préstamo de la casa Hartmon y Company de 2,930,000.00 pesos ejecutado en el cuarto periodo presidencial de Buenaventura Báez, conocido en la historia como el gobierno de los seis años, iniciado el 2 de mayo 1868. Como garantía del crédito fueron acreditados todos los activos del Estado, aduanas, las recaudaciones de impuestos  así como sus propiedades. En adicción, antes, en su primer periodo presidencial que se inicio el 15 de noviembre de 1865 había concertado un oneroso préstamo de 25,000.00 pesos.

 

 

Posteriormente la deuda de la Hartmon fue traspasada a la Westendorp que posibilitó el camino para endeudar el Estado dominicano con la norteamericana San Domingo Improvement. Las consecuencias de este préstamo 25 anos después es la intervención norteamericana de 1916.

 

El 1 de septiembre de 1882 el nuevo presidente de la republica es Ulises Hereaux que dirigirá una dictadura de casi 17 anos. Este gobierno renegocio la deuda con la Improvemen y continúo la Emisión de papeletas sin respaldo.  Para el año 1894 la deuda externa alcanzaba la suma  de 2,500,000.00 dólares ( Deuda descomunal para la época). La situación económica y social era crítica: incredulidad en las papeletas de Lilis,  (Apodo), aumentos en los precios de los artículos cotidianos, problemas en la producción de cultivos, entre otros. El 26 de julio de 1899 fue asesinado, en Moca,  el general Ulises Hereaux, presidente de la republica.

 

Los acontecimientos que siguieron a la muerte de Lilis profundizaron la situación crítica de la económica del país. Las convulsiones sociales, enfrentamientos políticos y los levantamientos armado en diferentes regiones del país eran frecuentes.

 

El 29 de noviembre de 1916 se ejecuta la intervención norteamericana en el país, se establece un gobierno militar a las órdenes de los Estados Unidos. Fueron las consecuencias del desastre económico del país y de la inestabilidad político social. La ocupación norteamericana en gran medida organizo el estado dominicano, entre otras acciones, hizo posible la comunicación de las principales regiones del país con la capital, lo cual facilito  el control militar del país y  por tanto  la garantía de su intereses económicos.

 

Hasta la evacuación de las tropas norteamericana en 1924 el capitalismo, sistema económico social impulsor del desarrollo para la época, no había penetrado a la Republica Dominicana en la magnitud como lo hizo a partir del 1930 con  el dictador Rafael  Leónidas Trujillo. Trujillo cimento el fundamento para el impulso del capitalismo en la republica dominicana. Para ello fue necesario organizar el Estado, eliminar la precariedad presupuestaria y pagar la deuda externa  acumuladas de años, restableciendo la soberanía económica de la Republica.

 

En nuestra historia contemporánea, posterior a la muerte de Rafael Trujillo, los gobernantes  que le sucedieron, continuaron sus ejecutorias de gobierno con presupuesto insuficiente y recurriendo al endeudamiento del país. Se recuerda a JUAN BOSCH que hizo intento de pagar la deuda externa, intento este que fue frustrado por el golpe de Estado del 1963; no obstante, los gobernantes sucesivos se continuaron manejando con estrechez económica y siguieron la carrera del endeudamiento, incluyendo a Leonel Fernández, al extremo que la deuda externa ronda los 30 mil millones de dólares.

 

El lastre económico financiero arrastrado por la Republica Dominicana a lo largo de toda su historia, incluyendo la contemporánea, la mantiene en un nivel de país tercermundista en vía de desarrollo con alto niveles de pobreza, pésimos indicadores sociales en la salud, educación, vivienda, agua potable, producción deficiente; graves deficiencias en los servicios públicos de electricidad, transporte, seguridad ciudadana y, las variables económicas dejan mucho que desear.

 

El común denominador de los males de la nación dominicana es: la insuficiencia presupuestaria. Que no se incrementa gravando a la población con impuestos y ajustes fiscales de corte neoliberales, que lo que hacen es empeorar  las condiciones difíciles de vida de los dominicanos. Es por ello, que el único camino que tiene el país, que no es un nuevo camino, y con muchos obstáculos, dificultades y trabas por delante, para cambiar la estera de infortunio de su historia económica, es hacer uso de los poderes de nación soberana y poner en ejecución un plan de recuperación de nuestros recursos naturales, el rescate de las empresas estatales y un cambio en la política económica que incluya solventar  la deuda externa.

 

El autor:  Reside en Barahona